Lo ocurrido en Región de Ñuble, donde cinco personas perdieron la vida a causa de la influenza, subraya de manera contundente la importancia de las campañas de vacunación contra la influenza, covid-19 y neumocócica en Chile. Este hecho doloroso nos obliga a reflexionar sobre el papel crucial que desempeñan las vacunas en la protección de la salud pública y en la prevención de enfermedades graves y potencialmente mortales.
La vacunación no es una medida de salud reciente; su éxito y eficacia se han demostrado a lo largo de la historia. Desde que Edward Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela en 1796, las inmunizaciones han salvado millones de vidas en todo el mundo. Enfermedades que en el pasado causaban epidemias devastadoras, como la poliomielitis, la difteria y el sarampión, han sido prácticamente erradicadas en muchas regiones gracias a las vacunas. En Chile, la implementación de programas de vacunación ha sido un pilar fundamental para mejorar la calidad y la expectativa de vida de la población. La vacunación ha permitido controlar brotes y reducir significativamente la mortalidad infantil, demostrando ser una herramienta indispensable en la salud pública.
La influenza es una enfermedad altamente contagiosa que puede provocar complicaciones graves, especialmente en personas con enfermedades crónicas, adultos mayores y niños pequeños. Las vacunas contra la influenza se actualizan cada año para proteger contra las cepas más comunes y peligrosas del virus. Sin embargo, la eficacia de estas campañas depende en gran medida de la participación activa y masiva de la comunidad. Los recientes decesos en Ñuble nos recuerdan dolorosamente las consecuencias de una baja cobertura de vacunación. Es crucial que la población comprenda que vacunarse contra la influenza no solo protege a cada individuo, sino que también contribuye a la protección de toda la comunidad, especialmente de aquellos más vulnerables.
La pandemia de covid-19 ha reforzado aún más la importancia de la vacunación en el control de enfermedades infecciosas. Gracias a los programas masivos de inoculación, se disminuyó la presión sobre los sistemas de salud.
Es imperativo que la población tome conciencia de su responsabilidad en la protección de la salud pública. La vacunación no solo protege a quien recibe la vacuna, sino que también contribuye a la inmunidad de grupo, protegiendo a aquellos que no pueden vacunarse por razones médicas. En un contexto donde las vacunas están disponibles y accesibles, es fundamental que todos colaboren para alcanzar una alta cobertura de vacunación.
A pesar de las evidencias abrumadoras sobre la eficacia y seguridad de las vacunas, la desinformación y el escepticismo siguen siendo obstáculos significativos. Las teorías de conspiración y la difusión de información falsa a través de las redes sociales han alimentado la desconfianza en las vacunas.
En conclusión, lo ocurrido en Ñuble es un llamado de atención urgente sobre la importancia de la vacunación, una herramienta fundamental en la lucha contra las enfermedades infecciosas que ha demostrado ser esencial para mejorar la calidad y la expectativa de vida de las personas. Debemos seguir promoviendo la vacunación, no solo contra la influenza y el covid-19, sino también contra todas las enfermedades prevenibles por este mecanismo. Al hacerlo, protegemos nuestra salud y la de nuestras comunidades, asegurando un futuro más seguro y saludable para todos. La vacunación ha salvado vidas en el pasado, sigue salvándolas hoy y continuará siendo una piedra angular de la salud pública en el futuro.