Editorial

No más inundaciones en el Quilque

Quilque Los Ángeles, Archivo La Tribuna
Quilque Los Ángeles / FUENTE: Archivo La Tribuna

Desde el lunes, la zona de Los Ángeles ha experimentado intensas lluvias que culminaron con el desborde del estero Quilque en la noche del miércoles y madrugada del jueves.

Este curso de agua, que atraviesa la ciudad de Los Ángeles de oriente a poniente, se ha desbordado nuevamente, causando inundaciones severas, particularmente en las calles Rengo, Villagrán y Almagro, con daños que bordearían los mil millones de pesos para el comercio del radio céntrico, sin contar con las viviendas anegadas.

Este incidente es un recordatorio contundente de la urgencia de las obras hidráulicas en ejecución y otras proyectadas para los próximos años, que deben ser la prioridad máxima por las autoridades locales y regionales.

El estero Quilque no es solo un curso de agua; es un componente integral de la historia de Los Ángeles. La ciudad fue establecida en la margen sur del estero, en el área conocida como la Isla de la Laja, debido a su proximidad como fuente de agua y como barrera natural defensiva. A lo largo del tiempo, la ciudad ha crecido alrededor del estero, integrándolo completamente con edificaciones en ambas riberas. Aunque generalmente sus aguas fluyen tranquilas, las lluvias intensas ocasionalmente provocan desbordamientos, como los ocurridos en 1959 y 2006, que resultaron en daños millonarios.

La necesidad de implementar un Plan Maestro de Aguas Lluvia surgió precisamente de esos eventos devastadores. Actualmente, se están realizando las primeras intervenciones en el estero Quilque, que incluyen una laguna de regulación en el costado oriente de la avenida Las Industrias. Esta estructura está diseñada para contener las aguas pluviales intensas y controlar su flujo, evitando desbordamientos destructivos.

Las defensas contra inundaciones no solo protegen vidas y propiedades, sino que también representan una inversión significativa en la seguridad y el desarrollo económico de la ciudad. Con una inversión aproximada de 42 mil millones de pesos, estas obras no solo prevendrán daños millonarios sino que también ofrecerán una oportunidad para el desarrollo urbano sostenible. Las ciudades que gestionan eficazmente sus recursos hídricos pueden transformar las áreas ribereñas en espacios verdes y recreativos, mejorando la calidad de vida de sus habitantes.

Es crucial que estas intervenciones se realicen con una perspectiva integral y sostenible. La gestión eficaz del agua y la planificación urbana deben considerar la resiliencia climática a largo plazo, involucrando a la comunidad en el proceso de toma de decisiones. Esta participación garantizará que las obras no solo protejan sino que también fortalezcan el tejido social y cultural de la región.

La obra proyectada para el estero Quilque es más que una gran inversión económica; es un acto de responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras. La protección de vidas y bienes, junto con la posibilidad de planificar la ciudad de manera más adecuada, depende de la implementación efectiva de estos proyectos. Es imperativo que las autoridades den a esta obra la prioridad que merece para asegurar un futuro en que las inundaciones en l centro de la ciudad solo sean parte del recuerdo.

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