Entre el 1 de abril y el 19 de agosto de este año se registraron en la ciudad de Los Ángeles 11 episodios críticos de Emergencia Ambiental, igual número de episodios de Pre-emergencia y 16 de Alerta. Esto significa que para esas jornadas se pronosticó un nivel de concentración en el aire de material particulado fino que resultó riesgoso para la salud humana. De allí que se dispongan una serie de medidas, que dependen del nivel de alerta, y que consideran principalmente la prohibición del uso de artefactos a leña, restricciones a fuentes de emisión estacionarias y la recomendación de no realizar actividades físicas.
Y si bien hay factores ambientales -como las bajas temperaturas que se han dejado sentir con especial fuerza este invierno o la condición de los vientos- es preocupante que este año los casos críticos de mala calidad del aire casi se hayan casi triplicado respecto de igual periodo de 2023. Esto, porque no se debe olvidar que la capital provincial está afecta a un Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) que apunta precisamente en la vía contraria, es decir, a ir reduciendo paulatinamente los episodios de polución del aire, con el objetivo de resguardar la salud de la población.
Se debe recordar que la definición de un PDA para Los Ángeles tuvo su origen en la declaración de la ciudad como Zona Saturada por Material Particulado Fino Respirable (MP2.5), y por Material Particulado Respirable (MP10), del año 2015.
El Plan de Descontaminación Atmosférica para la comuna de Los Ángeles, en tanto, se inició oficialmente en enero de 2019 -por consiguiente suma su quinto año de vigencia, del total de diez contemplados- considerando la aplicación de dos medidas estructurales: El reacondicionamiento térmico de viviendas, permitiendo disminuir la demanda energética para calefacción dentro del hogar; y la sustitución de los sistemas de calefacción contaminantes por sistemas eficientes y con menos emisiones, que ayuden a reducir las emisiones a la atmósfera y también las intradomiciliaria.
Si bien el paso del tiempo suele conspirar contra la sensibilidad general respecto de procesos tan importantes como la necesidad de contar con un aire más limpio en la ciudad es muy relevante reforzar el llamado a no bajar los brazos respecto de esta temática, pues ya se ha cumplido la mitad del periodo que considera el PDA, y se hace necesario reforzar las acciones que lleven a una baja significativa de la contaminación.
No hay que olvidar los graves riesgos para la salud humana -especialmente de niños y adultos mayores- que tiene la exposición prolongada al MP 2.5 y, muy por el contrario, esa debe ser la principal motivación para seguir trabajando en todos los frentes para la reducción de la mala calidad del aire que afecta a Los Ángeles.