Productos de aseo, deportivos, juguetes de bebé y lácteos entre otros artículos son parte de lo que en Estados Unidos se denominó "Pink Tax" o "Gender Tax", un término que hace alusión a la diferencia de valores de ciertos productos dependiendo de su público objetivo: Si son para mujer o para hombre. Un ejemplo típico son las máquinas de afeitar, dos productos pueden cumplir la misma función, pero los que están enfocados en el público femenino suelen ser más caros.
¿POR QUÉ LAS MUJERES PAGAN MÁS?
Según un estudio realizado por el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) en un 76,5% de los productos las mujeres deben pagar más que los hombres. Según la propia entidad, la razón de la diferencia de precios es consecuencia de la vinculación entre la mujer y el hogar, por tanto, al ser ellas quienes tienen mayor peso en la decisión de las compras, estos productos aumentan de precio al ser directamente "consumidos" por mujeres. Desde la publicidad, también se ha intentado dejar de lado el estereotipo de "dueña de casa", incluyendo hombres en estas campañas realizando las labores del hogar y dedicándose al cuidado de los niños.
Sin embargo, esto no ha podido romper las barreras presupuestales, que, de acuerdo con los valores de los supermercados de cadena a nivel nacional en Chile, siguen en aumento. Otra de las consideraciones de los productos femeninos, es que siempre son enfocados por la publicidad o las propias empresas como algo extra, por tanto, es "normal que su precio sea mayor".
¿Qué productos se ven afectados por el impuesto rosa?
Las mayores alzas de valores se encuentran en los productos de higiene, como podría predecirse. Sin embargo, según el Servicio Nacional del Consumidor, los precios más altos también se encontrarían en la ropa, los juguetes para niñas e incluso en los servicios de peluquería, costando entre un 7 y 24% más. Generalmente, el impuesto rosa no solo afecta el precio, sino también la cantidad, siendo los productos femeninos mucho más costosos y con menos unidades que la versión masculina.
| Categoría | Productos | Porcentaje |
|---|---|---|
| Higiene personal | Desodorantes, productos de afeitado y cremas hidratantes | 30% |
| Ropa | Marcas diferenciadas, prendas idénticas, entre otros. | 40% |
| Juguetes | Muñecas, juegos de té | 20% |
| Servicios de peluquería | Cortes de mujer | 30% |
UN AUMENTO PROGRESIVO
El impuesto rosa también se sostiene en el tiempo, son muy pocos los casos en que los valores se mantienen. Un ejemplo muy claro son las toallas higiénicas, marcas chilenas e internacionales, vendían hace sólo unos meses paquetes de 16 a 24 unidades que bordeaban los dos mil pesos chilenos. Hoy, estos mismos paquetes pueden obtenerse en el mercado por más del doble. Gracias al aumento de los valores, alternativas sustentables han aparecido en el mercado: copas menstruales, ropa interior absorbente, toallas lavables, entre otros.
En conclusión, la implementación del impuesto rosa no solo tiene un impacto en el bolsillo de los consumidores, sino que también afecta dos derechos fundamentales: La no discriminación arbitraria y la falta de información clara y concreta que justifique las diferencias de precio entre productos femeninos y masculinos. El estudio del Sernac demuestra la necesidad de que las empresas den explicaciones transparentes y detalladas sobre estas diferencias de precio, lo que a su vez evitará cuestionamientos y dudas por parte de los consumidores. En definitiva, es hora de poner fin a la discriminación de género en el mercado y promover una mayor igualdad de precios y oportunidades para todas las personas.