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La Tribuna

Tucapel se prepara para celebrar los 300 años del fuerte San Diego

por María Paz Rivera Arévalo

La fortificación española que se levantó en la margen norte del río Laja fue el punto de partida para el establecimiento de los primeros pobladores que ocuparon ese territorio.

Fuerte San Diego Tucapel / página web monumentos nacionales

En unos ojos cansados, una piel arrugada, la risa de un niño, una acera desgastada se puede contemplar la historia de un lugar, la vida, el desarrollo y crecimiento. A través de sus paredes invisibles, se tejen miles de experiencias y relatos que nacen y mueren con sus protagonistas.

Así lo vive en Tucapel, comuna de la provincia de Biobío que se apresta para celebrar en noviembre los 300 años de la fundación del fuerte San Diego, que fue el punto de partida para el establecimiento de la villa que ahora da nombre al territorio comunal.

En ese marco, el alcalde tucapelino, Jaime Veloso Jara recordó

"El 13 de noviembre del presente año vamos a cumplir 300 años desde que se instaló el fuerte que provoca un asentamiento humano consolidado en la ribera del río Laja".

El jefe comunal relevó la importancia de la localidad, haciendo ver que "en toda la comuna somos hijos de Tucapel, del corazón histórico que tiene esa localidad en la identidad local que tiene".

A juicio de Veloso, "siempre hemos sostenido que para mirar al futuro, hay que reconocer el pasado resaltar el pasado reconocer la identidad".

Sobre esa base, planteó que "para hacer grande esta comuna, algunos tuvieron la oportunidad de tener la visión para conformarla a través de un fuerte que se convertiría en la gran comuna que tenemos hoy en día".

UN POCO DE HISTORIA

Aunque no existe un documento oficial que lo acredite, la tradición ha fijado la fecha que la fundación de Tucapel se remonta al 13 de noviembre, que coincide con la celebración católica de San Diego, nombre que denomina a la fortificación española que data de 1723.

La decisión fue tomada gobernador Gabriel Cano y Aponte que trasladó el fuerte que estaba en lo que ahorra es Cañete (provincia de Arauco) hasta la ribera norte del río Laja con el fin de controlar el paso de los indígenas por el amplio valle del Laja.

La fortificación fue una de las primeras levantadas en la zona (después de Yumbel, Rere y Nacimiento) y aunque por varios años su traza estuvo inconclusa, sirvió a los propósitos de marcar presencia en un territorio escasamente explorado por el conquistador español.

Los antecedentes indican que la construcción se situó en un promontorio inclinado, a escasos metros de la orilla del norte del río Laja, y que albergó una corta población. Con el tiempo, su objetivo militar dio paso a un sostenido de intercambio comercial entre el mundo hispano y el indígena, especialmente con la etnia pehuenche que transitaba al otro lado de la Cordillera de Los Andes.

En abril de 1855 se dispuso que al cabo de dos años la población debía estar completamente trasladada al sitio que hoy ocupa. De esta manera se produjo un cambio importante, ya que se ocupó un terreno llano y más acorde con las necesidades de su crecimiento.

Hacia 1872, la población alcanzaba a los 750 habitantes, con 90 casas particulares y tres edificios públicos, además de calles en buen estado de conservación.

A fines del siglo XIX, la comuna de Tucapel tomó forma con la Ley de Comuna Autónoma (27 de diciembre de 1891), como parte del Departamento de Rere de la provincia de Concepción. Su instalación se produce dos años después con Francisco Friz como su primer alcalde.

En 1927, pasó a integrar el Departamento de Yungay y se incorporó a la provincia de Ñuble. En febrero de 1970, la cabecera comunal es trasladada a Huépil. En 1980 cuando cambia de jurisdicción administrativa, pasando a ser parte de la provincia de Biobío.

Sus principales agrupaciones urbanas de la comuna son las localies de Huépil con 5.495 habitantes, Tucapel con 1.662, Polcura con 976 y Trupán con 857 habitantes.

MONUMENTO HISTÓRICO

El fuerte San Diego de Tucapel o Tucapel de Laja es una construcción defensiva. Un plano de 1758 lo muestra situado en una colina con cuatro baluartes, foso y muros de cantería y barro. Poseía una guardia principal, cuarteles, casas para el comandante, el cura y los oficiales, iglesia, cocinas, casas para soldados y otras dependencias menores.

Un reconocimiento realizado en 1762 lo describe sumamente deteriorado, en estado ruinoso. Sin embargo, dos años después, un plano de 1764 lo muestra como un recinto regular, con sus cortinas, baluartes y fosos, y 21 edificios interiores que se asemejan al plano anterior.

Gabriel Guarda indica en su "Flandes Indiano: Fortificaciones el Reino de Chile", que para 1793 se encuentra rodeado de un foso profundo y con una nueva villa en sus cercanías. Los planos posteriores, señala, repiten el esquema pero con pequeñas variaciones. En los años 1796, 1798 y 1800 el Fuerte siguió siendo refaccionado en sus construcciones y defensas.

En 1944, el fuerte fue traspasado a Carabineros de Chile por el Ministerio de Tierras y Colonización, para que la institución se hiciera cargo de su mantención y administración. En los últimos años, el terreno fue entregado en comodato a la municipalidad de Tucapel.

En 1972 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Una prospección arqueológica realizada en el lugar poco antes de 1978 por un grupo de especialistas de la Universidad de Chile confirmó que la planta de la fortificación tenía 173,2 metros por lado, equivalente a 200 varas castellanas; y que su iglesia era de 16,20 por 28,76 metros, con crucero. En la actualidad, de sus instalaciones sólo quedan ruinas.

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