Identidad

Fuerte de Tucapel: Vecinos en la incertidumbre por falta de un acceso al recinto histórico

La carencia de un ingreso expedito al terreno, ubicado en la propiedad de un privado, ha retrasado su restauración, mientras la municipalidad de Tucapel sigue trabajando en su recuperación.

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13, plano fuerte San Diego-4 / FUENTE:

El acceso al Fuerte de San Diego de Tucapel, que fue el punto de partida para para el establecimiento de la villa que hoy da nombre a la comuna, sigue siendo un tema pendiente. El tema cobra especial importancia este año porque, específicamente el 13 noviembre próximo, se cumplirán 300 años desde su fundación.

A raíz de la denuncia realizada por una agrupación de rescate patrimonial, ha vuelto a surgir la necesidad de recuperar el acceso a la fortificación, actualmente en propiedad privada, lo que ha impedido su uso y restauración por años.

El monumento histórico se encuentra en un terreno conocido como "Valle del Laja", una parte del cual fue traspasada a particulares en los años ‘80, lo que ha limitado el acceso de quienes desean conocer su historia y disfrutar de su entorno.

LEVANTAMIENTO DE INFORMACIÓN

Desde la Municipalidad de Tucapel informaron que, desde 2020, se ha estado trabajando en un proyecto de recuperación que, hasta el momento, no ha dado frutos.

"En noviembre de 2022, la municipalidad recibió en concesión el Fuerte de San Diego de Tucapel, inscrito en el Conservador de Bienes Raíces de Yungay con una superficie de 3,47 hectáreas", señaló Marcia Cuevas, directora de Secplan.

Cuevas agregó que el costo de la concesión fue de 70 millones de pesos, pero nunca se obtuvo el financiamiento necesario. "En 2020, presentamos al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio un proyecto de recuperación del acceso al fuerte, pero no fue financiado en esa oportunidad", explicó.

En colaboración con el Comité de Apoyo al Fuerte San Diego de Tucapel, se realizaron gestiones para ingresar al monumento, aunque surgieron dudas sobre la ubicación exacta del acceso. Ante la falta de respuestas, la municipalidad y la agrupación elaboraron un informe para presentarlo a la Seremi de Bienes Nacionales y solicitar una solución ante la privatización del terreno.

"Se hizo una visita al sitio, y se entregaron todos los antecedentes, planos y escrituras necesarios para evaluar la posibilidad de recuperar el acceso", indicó Cuevas.

La directora mencionó que, hasta la fecha, no se conoce el resultado de los estudios realizados por el Ministerio de Bienes Nacionales sobre el derecho de acceso al monumento. "Estamos en contacto con la Seremi de Bienes Nacionales, y esperamos respuestas en cuanto se tomen acciones concretas", concluyó.

MONUMENTO HISTÓRICO

El Fuerte de San Diego de Tucapel, una de las primeras fortificaciones en la zona de la isla de la Laja, tuvo un papel clave en la ocupación del territorio por parte de los conquistadores españoles.

La construcción se ubicó en un promontorio a escasos metros de la orilla norte del río Laja, y sirvió de núcleo para una pequeña población. Con el tiempo, su función militar dio paso a un intercambio comercial entre españoles y pehuenches, que utilizaban la ruta hacia la Cordillera de Los Andes.

El fuerte, también conocido como Tucapel de Laja o Tucapel Nuevo, es una construcción defensiva que en 1758 contaba con cuatro baluartes, un foso y muros de piedra y barro. Un plano de 1764 lo describe como una estructura regular con cortinas, baluartes y 21 edificaciones interiores, incluyendo cuarteles, casas para el comandante y los soldados, una iglesia, cocinas y otras dependencias.

Gabriel Guarda, en su obra "Flandes Indiano: Fortificaciones del Reino de Chile", describe que, para 1793, el fuerte estaba rodeado de un profundo foso y tenía una villa cercana. Los planos de 1796, 1798 y 1800 muestran que se siguieron realizando reparaciones en sus construcciones y defensas.

En 1944, el fuerte fue traspasado a Carabineros de Chile por el Ministerio de Tierras y Colonización, y en 1972 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Una prospección arqueológica realizada por la Universidad de Chile en la década de los ’70 confirmó las dimensiones de la fortificación, con una planta de 173,2 metros por lado y una iglesia de 16,20 por 28,76 metros.

Hoy, del fuerte solo quedan ruinas.




matomo