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En el día del amor y la amistad, cuando el corazón late con fuerza por aquellos que nos acompañan en la vida, hay historias de amor que dejan huella, por lo anterior es que Diario La Tribuna quiso destacar un lugar cotizado y querido por muchos locatarios, visitantes y turistas, que guarda una historia de amor y desesperanza.
En la comuna de Laguna del Laja, escondida entre la majestuosidad de la naturaleza, se encuentra una de esas historias. Un relato trágico que ha perdurado a través de los siglos, y cuya huella se ve reflejada en la cascada que hoy conocemos como el Velo de la Novia.
Esta caída de agua, que se despliega en un hermoso velo de unos 15 metros de altura, se encuentra en un rincón lleno de magia, justo al lado de la ruta Q-45, frente a un coihue de gran fuste, a tan solo unos 3 kilómetros antes de la entrada al Parque Nacional Laguna del Laja.
Su imagen es un regalo visual de la naturaleza, pero la historia que la rodea es una de esas que se graban en el alma.
Se cuenta que en tiempos antiguos, una joven pareja de recién casados decidió visitar este pintoresco lugar, la novia cautivada por la belleza del entorno, se acercó al borde del acantilado para admirar el paisaje. Sin embargo, en un trágico giro del destino, dio un mal paso y cayó desde lo más alto, perdiendo la vida en la caída. Desesperado, su esposo no dudó en lanzarse al agua con la esperanza de salvarla, pero también encontró su destino entre las aguas, pereciendo junto a ella.
Desde ese día, los habitantes de la zona aseguran que las almas de los jóvenes aún rondan el lugar. Algunos afirman que, cuando el viento se levanta entre las rocas, se puede sentir la presencia de los dos enamorados, demostrando que el amor eterno, aquel que se prometieron en el altar, sigue vivo a pesar del tiempo y la tragedia.
La historia del Velo de la Novia se ha convertido en un símbolo de la pasión y el sacrificio, en un sitio que, aunque cargado de belleza, guarda una tristeza profunda.
En el Parque Nacional Laguna del Laja, donde la naturaleza se despliega en toda su magnificencia, los ecos de esta tragedia siguen resonando, convirtiendo al Velo de la Novia no solo en una maravilla natural, sino en un testamento de un amor que ni siquiera la muerte pudo separar.
Hoy, en el Día del Amor y la Amistad, mientras muchos celebran el amor en su forma más visible, hay quienes encuentran en esta historia trágica y conmovedora una lección: el amor, en su más puro y eterno significado, va más allá de lo que los ojos pueden ver. Y tal vez, lo más hermoso del amor, es la capacidad de perdurar, incluso cuando el cuerpo ya no está.
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