Desde los albores de la humanidad, el arte de sanar ha sido una práctica profundamente enraizada en la esencia del ser humano. Más allá de los conocimientos científicos, la medicina ha estado siempre íntimamente ligada al alma, al entorno natural y al cosmos.
Este saber ancestral, transmitido de generación en generación, se fundamenta en la creencia de que las enfermedades no solo tienen un origen físico, sino que son también el reflejo de fuerzas invisibles y espirituales que afectan nuestro bienestar.
En la comuna de Negrete, la medicina ancestral, con sus rituales y saberes, sigue siendo una poderosa herramienta para sanar tanto el cuerpo como el espíritu.
Por ello es que las comunidades indígenas, en colaboración con la Oficina de Asuntos Indígenas y el programa de Apoyo al Adulto Mayor, se han dado a la tarea de preservar y difundir los conocimientos sobre el Lawen - las hierbas y remedios naturales que la tierra ofrece a quienes la respetan y cuidan.
Esta tradición, que tiene siglos de existencia, busca no solo recuperar un conocimiento ancestral, sino también proporcionar una alternativa de salud holística y profundamente conectada con el entorno natural.
Peñi Hans Martínez, originario de la comuna y miembro de la comunidad Asociación Kiñe Suyai, que fue fundada en 2023, ha sido uno de los principales impulsores de esta iniciativa. Según el Peñi, la recuperación del Lawen es esencial para mantener viva la relación entre el ser humano y la tierra, que para los Mapuche es considerada sagrada.
Este esfuerzo es el resultado de la colaboración de diversas asociaciones indígenas que buscan revitalizar las prácticas medicinales tradicionales.
En jornadas organizadas en espacios como la ruca, el centro de encuentro cultural y espiritual Mapuche, los miembros de la comunidad enseñan a los más jóvenes y a los adultos mayores sobre las propiedades de estas hierbas, cómo deben ser administradas y sus usos específicos.
En una jornada de medicina ancestral que tuvo lugar en la ruca de la Asociación Indígena Nahuen reunió a más de 40 adultos mayores de la comuna, quienes fueron capacitados sobre el uso de las infusiones medicinales.
El objetivo principal de estas jornadas consiste en empoderar a los adultos mayores con herramientas naturales que puedan utilizar para mejorar su salud y bienestar.
Pero la medicina ancestral no se limita solo a las hierbas. Peñi Hans Martínez también comentó de su próxima exposición a que combina técnica de masaje terapéutico, una disciplina tradicional que busca aliviar el estrés y las tensiones acumuladas en el cuerpo.
"Más adelante en un próximo taller expondré respecto al masaje terapéutico mapuche, proyecto que tengo desde el año pasado. Estoy haciendo masajes", señaló.
El masaje terapéutico tiene como base el uso de aceites naturales y movimientos que buscan restablecer el equilibrio del cuerpo y la mente. Este tipo de terapia es una tradición ancestral que, al igual que los remedios herbales, promueve una conexión profunda con la tierra.
Respecto a estas iniciativas, el alcalde de Negrete, Alfredo Peña, destacó la importancia de la jornada. "Fue una jornada explicativa, muy productiva y potente, y positiva también. Esperamos repetir y así también pronto instaurarla en los Cesfam que, no sería negativo, sino que lo vemos desde un punto de vista muy positivo", señaló.
En un mundo donde la medicina moderna a menudo se distancia de las raíces culturales, la medicina ancestral Mapuche representa un puente entre el pasado y el futuro.
La recuperación y transmisión de estos saberes no solo contribuyen al bienestar físico de los habitantes de Negrete, sino que también fortalecen su identidad cultural, promoviendo el respeto por la tierra, el cosmos y los ancestros.
De acuerdo a lo dicho por el autor Carlos Vega Cacabelos, desde los albores de la humanidad, la medicina ha sido un arte profundamente ligado al espíritu humano, fusionando conocimientos empíricos e intuitivos con un entendimiento del alma y de los elementos invisibles que afectan la salud.
Este conocimiento, originado en la necesidad de comprender y sanar las enfermedades, se remonta a tiempos inmemoriales, cuando los primeros seres humanos comenzaron a percatarse de que los síntomas visibles no bastaban para explicar la naturaleza de las enfermedades.
Los primeros "sanadores", aunque carecieran de los medios científicos que hoy conocemos, intuyeron que las enfermedades no solo tenían causas físicas, sino que eran el resultado de influencias desconocidas, fuerzas malignas o espíritus.
Las plantas medicinales desempeñaban un rol esencial en estos rituales, pero su poder no solo residía en su composición física. Cada planta poseía una carga espiritual propia, y su efectividad dependía tanto de su preparación como del estado emocional y espiritual del paciente.
Así nació la medicina ancestral, cuyo fundamento era la relación del ser humano con su entorno, tanto natural como espiritual. La curación en este contexto no solo era un proceso físico, sino también un acto profundamente espiritual.
En las culturas ancestrales de los pueblos originarios, la medicina se construía a partir de la interacción del hombre con su ambiente, la naturaleza y el cosmos.
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