La Plaza de Armas de Antuco fue el escenario para el encuentro cultural Trafkintun, una instancia que permitió la puesta en valor de las tradiciones mapuches y la celebración del intercambio de saberes y productos locales.
La actividad organizada por la Agrupación Indígena Newentue-Che y el municipio antucano, reunió a diversas comunidades para compartir semillas campesinas, plantas y conocimientos ancestrales.
Natalia Vidal, presidenta de la asociación, explicó que el trafkintun es una antigua tradición mapuche consistente en el intercambio de bienes esenciales, como semillas y plantas, pero también conocimientos que han sido transmitidos de generación en generación.
Este rito era realizado por las comunidades cuando un werken (mensajero) acudía a la otra para invitarla a compartir productos y recursos, fortaleciendo la economía local y permitiendo el acceso a diferentes especies que complementaban la alimentación y la medicina ancestral.
A lo largo del tiempo, el trafkintun ha evolucionado, adaptándose a las necesidades contemporáneas de las comunidades. Si bien originalmente se realizaba en momentos específicos, ahora esta práctica se lleva a cabo durante todo el año, especialmente en los periodos de otoño y primavera, coincidiendo con las temporadas de siembra y cosecha.
De este modo, el intercambio de semillas y plantas, junto a la transmisión de saberes relacionados con el cuidado de la tierra, ha trascendido en las generaciones para convertirse en una verdadera celebración colectiva de la identidad indígena.
En el marco del evento, los miembros de la Agrupación Indígena Newentue-Che, que agrupa a personas de diversos pueblos originarios como el Mapuche, Pehuenche y Aimara, compartieron no solo semillas de cultivos tradicionales, sino también relatos y conocimientos sobre el cuidado de la tierra, las plantas medicinales y las técnicas agrícolas que han permitido a estos pueblos sostenerse a lo largo de los años.
En conversación con Diario La Tribuna, Natalia Vidal resaltó la importancia de este tipo de eventos para la recuperación y conservación de las tradiciones ancestrales.
Contó que, aunque su asociación comenzó a funcionar en 2007 y aún no se considera una comunidad formal, su misión es recuperar sus raíces y mantener vivas las costumbres ancestrales, especialmente en lo referido a las prácticas agrícolas y el intercambio cultural.
Lo que distingue a Trafkintun de otras actividades es su enfoque en el intercambio basado en el respeto mutuo y la no intervención del dinero en las actividades, sino que - tal como explicó la dirigenta - este intercambio apunta a fortalecer las tradiciones y el vínculo entre las comunidades.
"Estas semillas no son compradas ni tratadas de ninguna manera; son semillas antiguas, heredadas de generación en generación, y nos encargamos de compartirlas para preservarlas. Si alguien no tiene semillas para compartir, se espera que aporte algo que haya hecho con sus manos, ya que cada miembro tiene una responsabilidad en la ejecución de esta tradición".
Por lo anterior es que, Natalia destaca que este tipo de instancias culturales son oportunidades para recuperar prácticas que han sido parte de la vida de las comunidades indígenas durante siglos.
Con la participación activa de diversas comunidades, Trafkintun dejó claro que las tradiciones indígenas no solo deben ser preservadas, sino también compartidas y difundidas para que el resto de la sociedad conozca y valore la riqueza cultural que poseen.
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