¿Por qué no se desbordó el estero Quilque?

Muy fresco está en la memoria lo que fueron las grandes inundaciones de julio de 2006 en la provincia de Biobío, en particular por el desborde del estero Quilque que anegó buena parte de la ciudad en su paso por el centro de Los Ángeles.

La imagen que quedó en la retina fue el bote a remos que se le vio circulando con toda tranquilidad por la esquina de calles Colón con Colo Colo. Sin embargo, el panorama general fue caótico, con enormes daños materiales. Lo positivo es que no hubo víctimas dentro del radio urbano de la capital provincial.

Sin embargo, con las lluvias de estos últimos días, el estero Quilque tuvo un comportamiento completamente normal. ¿Por qué en esta ocasión no se desbordó cuando hubo anegamientos en las márgenes de los ríos Laja, Duqueco y Biobío?

Básicamente, porque el Quilque - al igual que el Huaqui, Rarinco y Paillihue - no es de origen cordillerano. Ninguno de estos cursos fluviales nace en las altas cumbres de la Cordillera de Los Andes ni serpentea por las quebradas hasta llegar al valle para emprender rumbo al mar.

Los ríos Laja, Duqueco y Biobío tuvieron una pluviometría cercana a los 150 milímetros por jornada en las partes altas y una isoterma cero sobre los 3 mil metros sobre el nivel del mar ocasionó el derretimiento de la nieve acumulada hasta la fecha. La prueba más palpable de esto último se refleja en la estación Alto Mallines, en Antuco, que está en los mil 700 metros sobre el nivel del mar. Pese a estar en pleno invierno, no tiene absolutamente nada de nieve (el año pasado habían 50 centímetros).

En cambio, los esteros Quilque, Huaqui, Rarinco y Paillihue surgen en el valle central. De hecho, el Quilque emerge de napas subterráneas que brotan en el fundo Santa Isabel, unos 12 kilómetros al oriente de la ciudad de Los Ángeles. De ahí sigue camino hasta atravesar la ciudad.

En los últimos cuatro días, las lluvias en la capital provincial sumaron alrededor de 80 milímetros. Cuando se produjeron las inundaciones de 2006, esa misma cantidad de agua cayó en un lapso de cuatro horas.

Eso explicaría que, afortunadamente, en esta ocasión no se hayan producido desbordes en el paso del Quilque, tal cual como sí ha sucedido, no solo en 2006 sino que también en 1992, 1971 y 1958.