El proyecto de Ley apícola que el poder ejecutivo ha ingresado al Parlamento, con urgencia por parte del Gobierno que sea aprobado antes que finalice esta administración, no satisface a la Federación Red Apícola Nacional.
Los productores estiman que esta es una ley desconsiderada, que quita cualquier tipo de apoyo a este importante rubro y que además, quita responsabilidad a quienes están involucrados directamente con la actividad.
IMPORTANCIA DE LA MIEL EN LA ECONOMÍA PROVINCIAL
Para entender la trascendencia de este proyecto de ley, debemos mencionar en primer lugar, la importancia que la miel tiene para nuestro país y en especial, para la provincia del Biobío.
Según cifras de la propia Federación, anualmente la miel chilena, genera en promedio 30 millones de dólares sólo en exportación, siendo el año 2015 uno bastante bueno, ya que se exportaron 40 millones de dólares de este producto.
Estas cifras posicionan a la miel en el primer lugar de exportaciones primario-pecuarios, por delante de la lana y la carne, por ejemplo.
De todas las zonas donde se desarrolla esta actividad, la más grande de todas en territorio y producción es la provincia del Biobío, siendo Santa Bárbara una de las localidades íconos del rubro, desarrollándose allí importantes actividades en torno a esta área.
En contraste con las exportaciones más importantes de nuestro país como los son por ejemplo el vino o las paltas, los ingresos de la miel se reparten entre pequeños empresarios del rubro.
Estos productores apicultores, viven todo el año en sus comunas, muchos de ellos en Biobío, utilizando el dinero de estas exportaciones en estas localidades, aportando al desarrollo de la economía local, especialmente en lugares como Negrete, Mulchén y Quilleco, entre otros.
UNA LEY EGOÍSTA
El mismo marco conceptual de este proyecto de Ley apícola cuenta con una gran contradicción. En todo el documento se omite el término “miel”, lo que la misma Federación Red Apícola Nacional, a través de su vicepresidente, Gabriel Salas, catalogó como un documento “carente de reflexión”.
Para Salas, la apicultura debe considerarse “como un rubro de interés estratégico del Estado”, acusando también que “no aceptan el carácter sancionatorio de la ley, que es ambigua en materia de fomento y protección.
Para entender un poco más el rechazo a este planteamiento regulatorio, Diario La Tribuna se contactó con Misael Cuevas, presidente de la Federación Nacional Apícola y presidente de la Federación Latinoamericana de Apicultura, quien acababa de bajarse del avión, proveniente de Turquía, donde está organizando un certamen internacional de apicultura.
“Esta ley no satisface en lo más mínimo nuestras expectativas”, comenzaba diciendo. “No se contempla el impuesto al fomento”, decía además, lo que quiere decir que esta ley exime al Estado de cualquier aporte o ayuda a la actividad.
Además, Cuevas expresó que este proyecto “no es claro con la regulación y el uso de territorios”, refiriéndose a la responsabilidad que tienen otros actores que comparten los terrenos donde se produce este producto.
Lo que más molesta en el rubro es la “mirada de autocuidado” que tiene este documento, lo que se reduce en una falta de apoyo estatal.
El líder apicultor, expresa que la actividad está frecuentemente en el discurso público de las autoridades, pero este proyecto de ley no hace más que contradecir la referencia que se hace con la actividad y el desarrollo de Chile.
APORTE DE LA MIEL A LA EVOLUCIÓN CIENTÍFICA
El polen, la cera, el propóleo, la jalea real; tienen propiedades únicas, las cuales no se han podido desarrollar en ningún laboratorio de manera artificial.
En Chile se han descubierto más de doscientos diferentes tipos de miel. Uno de ellos es la miel de ulmo y recientemente la Universidad de la Frontera desarrolló un cicatrizante natural de heridas a base de esta miel.
Luego de tres años y 180 millones de inversión científica, los investigadores desarrollaron un fármaco que ayudará a aliviar heridas y cortaduras a miles de pacientes.
Asimismo, a través de la historia, la miel ha sido un gran conservante para distintos alimentos. Este producto, de hecho, nunca se estropea ni se llena de moho, además es un endulzante natural.
Es un complemento alimentario ideal para gente con necesidades energéticas importantes; como niños en época de crecimiento, ancianos, convalecientes, deportistas, etcétera.
También calma la tos y tiene un efecto expectorante, desinfecta las heridas y ayuda a nuestra digestión por su aporte de enzimas.
Un estudio de la Universidad de Jiwaji en la India, arrojó que la miel no produce elevación de azúcar en la sangre en personas con diabetes leves o con dificultad en el metabolismo de la glucosa.
Además se determinó que ayuda al control del peso, a la reducción del riesgo a contraer enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el Alzheimer y el Parkinson.
Por otra parte el Dr. Nicola Starley de la Universidad de Waikato en Hamilton, Nueva Zelanda, expuso que “las empresas alimenticias pueden desear tomar nota y experimentar más con el uso de la miel como edulcorante de elección para los productos alimenticios”.
Otros informes de investigación científicos que vinculan la miel con la salud humana, sugieren la adopción de miel natural en combinación de complementos de calcio para ayudar a aumentar la resistencia ósea.