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Dos casas embrujadas en la avenida 21 de Mayo de Los Ángeles

por Gabriel Diaz Cerda

Su data de edificación radica en 1930 y, por extrañas causas, aún se mantienen intactas y con ningún daño aparente.

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En medio de una ciudad que crece a pasos agigantados y donde la modernidad ha hecho eco de su marcha, en avenidas, geografía y estructura, aún existen lugares donde el tiempo ha quedado detenido por extraños fenómenos que no pueden ser resueltos por la comunidad ni especialistas.

Se trata de antiguas edificaciones que, a pesar del paso del tiempo, se mantienen indemnes, sin moradores, pero en el olvido. Estas corresponden a las llamadas casa embrujadas, de las que muchos hablan, pero en actos pocos son capaces de atravesar por el miedo a vivir una experiencia que muy pocas personas son capaces de creer.

La Tribuna indagó en la memoria angelina y en pleno 2018, no hubo más explicación que radicar estas razones de su mantención a los mitos urbanos, que se han guardado de generación en generación y que se explican en diferentes historias.

Estos edificios tienen la característica de haber estado ubicados en antiguos puntos estratégicos de la ciudad y el paso del tiempo marcó en ella una serie de fenómenos que alejaron a moradores que fueron víctimas de brutales actos que ninguna persona imagina vivir en su vida.

LAS CASAS GEMELAS DE LA ÉPOCA FERROVIARIA

Estas se ubican en la tranquila avenida 21 de Mayo, a simple vista tienen una dura fachada, pacífica y algo misteriosa  que data de manera impresionante, desde la década de 1930.

Según fuentes cercanas, estas casas fueron construidas por un empresario de apellido Neumann, quien pensando en el crecimiento de la ciudad, las fijo en ese lugar para uso comercial, por el crecimiento ferroviario esplendoroso que atravesaba la ciudad.

Estas se fundan con el crecimiento de la capital provincial, cuando la ciudad estaba en desarrollo y además tenía la característica de haber estado en calidad de aislamiento.

Desde entonces han soportado diferentes terremotos -el de 1939, 1960 y del 2010- donde se han mantenido intacta, tanto la fachada como en el interior.

Otras fuentes señalan que esta casa correspondería a un jefe ferroviario, quien vivió este proceso y aquí fundo el hogar para su familia.

De ello conoce un guía turístico, quien en 2014 realizó circuitos en la capital de la provincia.

Este contó que las casas se emplazan a pocos pasos de la cantera ferroviaria, donde actualmente está ubicada la laguna Esmeralda.

“En este lugar se vivieron muchos accidentes propios de una zona ferroviaria donde se realizaba bastante vida bohemia y este sector en específico fue un lugar testigo de crudos hechos delictuales”.   

El silencio que aquí se vive se guarda bajo un gran árbol que parece guardar sus más escabrosos secretos, puesto que, según relatan leyendas urbanas, en este lugar algo producía actividades poco habituales, que no correspondía a hechos naturales.

ANTECEDENTES PARANORMALES

Según los relatos de diversos angelinos, en este lugar se han vivenciado gritos de mujeres y hombres que claman por respuestas y además piden explicaciones sobre su partida.

“Se sabe que aquí transitan mujeres y hombres, que aparentemente mantienen rabia por algunos hechos que nadie sabe explicar”, relatan vecinos del sector.

Según especificaron, con el paso del tiempo, en esta casa muchas personas intentaron llevar a cabo una vida normal; sin embargo, por más que se intentaron “santiguar” -acto para erradicar entes malhechores-, esto no pudo ser efectivo.

Aquí, según manifestaron, se escuchan golpes de ventanas, pasos, quebrazón de vidrios y, además, lo que más sorprende a las familias es la perfección de su infraestructura.

Esto, debido a que en cada uno de sus rincones y muros se mantienen en perfecto estado, ignorando los casi 80 años que llevan en la ciudad.  

Inclusive los dichos revelan que aquí culebrones se hacen presentes de los días de invierno, tratando de invocar la presencia de Satanás.  

“Nunca ha llegado nadie a vivir aquí. Se cuentan muchas historias, inclusive hace un tiempo se hicieron tours, pero nosotros no hemos visto nada”, manifestó Lucía, quien vive a pocas cuadras y explica que ella no cree en esto.

Actualmente, aquí se aprecian dos luces que colindan. La Tribuna FinDe intentó acceder a ellas sin respuesta alguna de las personas que moraban en su interior. Hecho real o no, queda al criterio de los que se atrevan a cruzar el umbral de las casas gemelas de la avenida 21 de Mayo.

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