En un día como hoy, 28 de febrero del año 1969, pero un viernes, el representativo angelino que hoy nos representa en la Segunda División Profesional, arribaba de madrugada a Los Ángeles.
Son 53 años de permanencia definitiva en la capital provincial de Biobío, luego de su paso por la localidad de Puente Alto, con mucha historia desde su fundación por contar en su nuevo periplo en Los Ángeles desde 1969 hasta hoy.
EL CAMINO QUE LLEVÓ A IBERIA DE PUENTE ALTO A LOS ÁNGELES
A finales de la década de los 60, eran los años dorados del balompié angelino, su representativo Club Deportes Los Ángeles era un permanente participante en las ligas del fútbol amateur regional y la hinchada se identificaba con su club. Sin embargo, sus dirigentes sabían que Los Ángeles y la provincia de Bio-Bio, necesitaban de un mayor espectáculo futbolístico y de resonancia nacional.
Tras varias reuniones internas comenzaron a fraguar lo que sería su posible participación en el fútbol profesional. Se interiorizaron sobre los requisitos para postular a la Segunda División de la aquella entonces, Asociación Central de fútbol profesional, aprovechando la instancia que daba el órgano máximo del fútbol chileno para abrir plazas en provincias y así poder insertar a CDLA en esa categoría.
En el caso de lo que lo que acontecía con Iberia de Puente Alto, venía de participar del campeonato de la naciente Segunda División, ubicándose en 1968 en el último lugar, lo que lo llevaba irremediablemente a desaparecer.
Iberia a pesar de que había recalado en Puente Alto, gran parte de su participación en la Segunda División la hizo en la zona metropolitana, terminando último en cuatro oportunidades, allí aparecía la regla no escrita que, apuntaba a que se descendía, solo sí el equipo fundador de dicha categoría terminaba en tres ocasiones último; (era el caso del elenco iberiano). Por tanto, el representativo puentealtino se le había terminado su cuota de salvavida en esa División, al menos así lo apuntaba el nuevo timonel de la ACF. Nicolás Abumohor con su plan de reestructuración del fútbol chileno.
Ante ello, el cura Gilberto Lizana, de avanzada edad, representando a Iberia, emitía una declaración categórica, en contra de la propuesta de Abumohor, señalando que la institución: no se fusionarían ni se irían a ninguna parte; a lo sumo, el club aceptaba tomarse un año sabático para arreglar su panorama . No obstante, la respuesta, no fue la que se esperaba. El receso, evidentemente, significaría en la práctica la disolución definitiva del club.
EL CAPELLAN GILBERTO LIZANA VISITA LOS ANGELES
Eran los últimos días de enero de 1969, cuando a Los Ángeles arribaba el Padre Gilberto Lizana, quién llegaba embestido como Capellán de la policía de Investigaciones; su objetivo era reunirse con los dirigentes angelinos y ofrecerles directamente la compra de su querido club Iberia.
Una vez llegado a un acuerdo con Carlos Perelló, Segundo González y el resto del directorio, de Club Deportes Los Ángeles, el Capellán pidió un teléfono para comunicarse con el director del Club Iberia de Puente Alto, Oscar Ruiz, expresándole que era muy conveniente, económica y deportivamente, que esa entidad se fusionara con el club angelino. (Cabe indicar que el sacerdote Lizana, no era en su momento el presidente del club iberiano, pero tenía cierta ascendencia sobre dicho directorio, por los datos ya conocidos).
IBERIA PUENTE ALTO ACEPTÓ LA FUSION CON LOS ANGELES
Así titulaba el Diario La Tribuna, el sábado 22 de febrero de 1969, dando a conocer la postura de los dirigentes de Iberia - Puente Alto, quienes habían rechazado ofertas de Ovalle (Club que no era mirado con buenos ojos, dado su rendimiento deportivo y por sus dos fracasos por ingresar directamente al Ascenso) y del Club Deportivo Luis Cruz Martínez de Curicó (ciudad natal del cura Lizana). Basándose en que Los Ángeles era una muy buena plaza para recibir a Iberia.
IBERIA LLEGA DE MADRUGADA
Así, llegaba el viernes 28 de febrero de 1969, a las 1,30 horas, de la madrugada arribaba a Los Ángeles la comitiva procedente de Puente Alto, portando en sus vehículos el patrimonio del club (inventario, banderines, 150 trofeos, desteñidas y vetustas camisetas y algunos jugadores).
Las crónicas de La Tribuna local de aquella época daban cuenta del júbilo que había entre los angelinos, que organizados viajaron en caravana hasta los Saltos del Laja para recibir a los dirigentes, quienes eran tratados como verdaderos héroes, por los nacientes hinchas iberianos.
En tanto, la gran mayoría del plantel, jugadores que mantenían contrato y que aceptaban el desafío, llegaban en tren al día siguiente (1 de marzo de 1969), arribando a la hoy desaparecida Estación de Los Ángeles que, precisamente quedaba a una cuadra del Estadio.