Brisalia Castillo Rojas partió hace más de 30 años desde cero con su camping "El Encanto Agreste", situado por el camino a Paraguay, en la orilla sur del río Laja, a unos 10 kilómetros desde la capilla de los Saltos del Laja. Lo bautizó así por la placidez de su entorno, en que se procuró mantener todo lo más natural posible.
Fue un proceso lento pero metódico que iniciaron ella y su esposo Omar Bravo, y que le permitió habilitar una treintena de espacios de camping debidamente implementados, además de una cabaña y sus respectivos senderos. Al sistema eléctrico habitual, le instaló paneles fotovoltaicos para aprovechar la energía del sol.
Aunque ella enviudó hace poco más de tres años, la señora Brisalia continuó al frente de su emprendimiento para ofrecer una estancia agradable a sus visitantes que buscaban escapar del bullicio de los otros campings del sector.
Sin embargo, todo lo construido, todo lo que fue hecho desde cero, levantado piedra por piedra, fue arrastrado o destruido por el caudal impresionante del río Laja que se desbordó y arrasó todo a su paso en el último fin de semana de junio.
La señora Brisalia no pudo recuperar nada, absolutamente nada. Y ña desgracias es peor que eso. Porque ni siquiera se trata de partir de cero ya que antes de iniciar cualquier reconstrucción, primero deberá retirar los escombros de lo que fue la cabaña o los baños, o de los mesones destruidos por el torrente, o de la instalación eléctrica, o de los paneles fotovoltaicos arrojados a cualquier parte. Recién cuando retire esos restos, podrá limpiar el terreno para que quede en mínimas condiciones volver a empezar.
"Tendré que partir desde cero. No hay nada que se pueda recuperar. Todo se lo llevó el río", dice con resignación desde el otro lado de la línea telefónica.
"Partimos de a poquito. Como no tenía ‘piticlines’, tuvimos que hacerlo así. A uno le cuesta salir a flote pero lo hice para tener un mejor pasar. Fueron años que estuve trabajando para poder tener una buena atención para el público", añade la señora Brisalia.
Como una de las precursoras del turismo rural que se inició en los años ’90, "tuve algunos créditos del Indap pero esos créditos había que pagarlos".
Se emociona cuando recuerda que el camping lo inició con su esposo, ya fallecido: "La gente en el campo no es mucho lo que puede hacer. Éramos solos los dos con mi esposo. Se fue él hace tres años y quedé yo".
Ahora, como ella misma señala, está a la espera de alguna posible "solución que le daremos a todo esto", aunque no se arriesga a decir cuánto costará recuperar todo lo perdido. Lo que sí es cierto es que ya está empezando a armarse nuevamente de fuerzas para iniciar su camping "El Encanto Agreste", aunque - tal como sucedió hace más de 30 años - sea otra vez desde cero.
MEDIO CENTENAR DE AFECTADOS
Como ella, cerca de medio centenar de pequeños empresarios turísticos sufrió severos años en sus emprendimientos debido a los desbordes de los ríos, esteros y canales en la zona de los Saltos del Laja. Los afectados pertenecen a los sectores de Chillancito (por la comuna de Cabrero), camino a Paraguay (comuna de Los Angeles) y en la zona de La Aguada (comuna de Yumbel). A ese grupo se suman los comerciantes cuyos puestos en el sendero de acceso a la cascada principal, fue arrasados por la fuerza del caudal.
José Sanzana, vocero de la Cámara de Turismo y Servicios de los Saltos del Laja, precisó que hubo afectaciones principalmente en campings, cabañas y restaurantes con pérdidas totales y parciales. "En muchos casos, solo quedaron los escombros", aseguró.
Sin embargo, abogó para sostener encuentros con las autoridades del Ministerio de Economía de tal forma que las ayudas y apoyos a los afectados por las inundaciones efectivamente reviertan la emergencia que ahora están viviendo.