Un café y una conversación colmada de reflexiones y recuerdos se vivió hace unos días en el centro de la ciudad de Los Ángeles, donde la presencia del fallecido arquitecto Osvaldo Cáceres González, se hizo sentir en la voz de tres reconocidos artistas locales.
Mario Sánchez (pintor), Abel Sandoval (poeta) y Mario Valenzuela (actor y director de teatro) junto a su viuda Ivonne Díaz, se reunieron para revivir las enseñanzas del "maestro" más allá de la arquitectura sino, más bien, en su importante rol como gestor cultural en Los Ángeles y la provincia Biobío.
"Este 16 de febrero (hoy) se cumplen dos años de la partida de Osvaldo, y recordé a estos amigos, que incluso lo conocieron antes que yo, en la década del 70, por su aporte a distintas disciplinas y al desarrollo cultural de la ciudad. Me pareció importante recordarlo, no solo como un gran arquitecto, sino también, como el Osvaldo escritor, pintor, poeta, la persona ligada e interesada en la cultura en general, en el teatro y en las artes visuales", manifestó Ivonne Díaz.
Al mismo tiempo que agradeció a "sus amigos" por darse la tarea de revivir y compartir las enseñanzas de Osvaldo, lo que "permitirá que la comunidad angelina, lo conozca desde una faceta distinta", a la ya ampliamente reconocida en el ámbito de la arquitectura.
Inquisitivo, pero a la vez bondadoso a la hora de compartir sus conocimientos. Así fue recordado Don Osvaldo, quien estuvo ligado desde la década del 70’ a distintas disciplinas, entre ellas, la literatura.
Abel Sandoval, docente y poeta, lo conoció cuando arribó a Los Ángeles, el año 77, y desde entonces forjaron una amistad. "Lo llamaba cariñosamente el poeta de los edificios, porque él amaba la poesía tanto como la arquitectura", expresó.
Dentro de su gestión cultural, rememoró, Osvaldo Cáceres fue un férreo impulsor de distintas disciplinas, siendo parte de grupos como Ventana, Caja Azul, y el más conocido el Centro Cultural Los Ángeles, junto a Octavio Jara Wolf, "cuya misión era hacer cosas por la cultura de la ciudad", dijo.
En la década de los 80, invitó a un destacado poeta, Jorge Torres, a presentar su libro "Palabras en Desuso", en la ciudad; cuya critica fue escrita por el propio Cáceres, y hoy es un documento en la Biblioteca Nacional.
"Su rol fue el de un gran maestro para muchos de nosotros, porque no solo nos transmitía conocimiento sino también, nos inspiraba e impulsaba. Siempre me decía, cómo va la creación, si vas a dedicarte a escribir, escribe de verdad".
Era un amigo entrañable, "de quien aprendí mucho, no solo como construir la poesía, sino también, la arquitectura de la vida".
Para el pintor Mario Sánchez, Osvaldo Cáceres fue un "motor" del desarrollo cultural en la zona, siempre ocupado en realizar aportes significativos en la ciudad, como arquitecto, y también en la sociedad, como gestor cultural.
Agregó que era muy difícil seguirle el paso, porque si bien reía, ironizaba y le gustaba el absurdo, siempre su foco estaba en el estudio, en adquirir conocimiento, en leer. "Él nos enseñó a todos, incluso cosas que no buscaba enseñar, simplemente tenía ese don, que llegaba a una mesa y tenías una conversación de un punto, una discrepancia, una reflexión, nunca fue banal, siempre con contenido. Era de las personas de Los Ángeles que más libros seguramente ha leído, de todos los frentes y disciplinas".
Mario Valenzuela, docente, actor y director de teatro, reflexionó respecto a quien era Osvaldo Cáceres, más allá de su profesión, gustos, molestias, roles y disciplinas. "Quien era Osvaldo, el arquitecto, el pintor, el hombre de teatro, el político, el crítico. Un día en mi casa estábamos celebrando la humanidad de un angelino frente a una catástrofe determinada, y yo le pregunté, eso, quien eres tú. Y él me respondió: soy un hombre común, que tiene preferencias por algunas cosas, y molestia por otras. Osvaldo tenía muy claro quién era y qué hacía lo que hacía", partió recordando.
Apenas llegó a Los Ángeles, se integró a mi grupo y nos empezó a ayudar en el trabajo artístico del teatro. "Osvaldo, era un hombre joven, con muchos años".
Si bien, nosotros lo conocimos con sus años, siempre, y pese a su edad, su visión y proyección era de futuro. "Era un amante de la belleza, un joven rebelde, y que se fue rebelde".
Todas estas virtudes, permitieron movilizar a la comunidad cultural angelina, y son un legado presente, y seguramente al futuro, plantearon.
Osvaldo Cáceres González - arquitecto, urbanista, docente, diseñador, pintor, escritor, investigador y promotor de la cultura-, falleció a los 95 años. Hasta sus últimos días se mantuvo vinculado con la ciudad de Los Ángeles y su gente, defendiendo su patrimonio e identidad y promoviendo la cultura local, a través de sus enseñanzas y tertulias.
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