Este hecho que se ha
popularizado, con ese nombre en estos días, se refiere a lo acontecido en
Chile en el mes de octubre del 2019,
dicho hecho corresponde a un conjunto de problemáticas, sociales, económicas y
políticas que mantenían en una molestia silenciosa a múltiples actores de la
sociedad. El hecho en cuestión tiene diversos factores que la anteceden, pero
se puede mencionar como punto del estallido de esta revolución el alza en el
precio del valor del Metro, ocurrido el día 4 de octubre del 2019, el que
ascendería a 30 pesos. Agrupaciones de
estudiantes secundarios se organizan para realizar evasiones masivas en hordas
de jóvenes, incitando a saltarse las barreras del transporte subterráneo y por
consiguiente no pagando el pasaje del Metro, esto en forma de desacatar este
aumento y revelarse frente a este, cabe por cierto mencionar que otro
antecedente detonante es la declaración del ministro de Economía, Sr. Fontaine,
quien a modo de solución sugiere que los que no están dispuestos a pagar el
aumento, pueden levantarse más temprano y usar la tarifa económica, esto se
entiende como la provocación y evidencia máxima de desconocimiento que vive
gran porcentaje de nuestra población.
Esto significó que la
molestia originada por el aumento del precio en el pasaje, sumara adherentes a
la manifestaciones, cuando Carabineros y grupos de seguridad y orden,
comprendieron la gravedad del problema, custodiaron las estaciones del Metro y
más tarde las cerraron, las personas se quedaron sin movilización, y el
movimiento empezó a tomar fuerza dentro de otros grupos, trabajadores,
jubilados, profesores, políticos etcétera. Quienes llamaron al alza la punta
del Iceberg relacionándolo con la analogía, de que los problemas eran profundos y estructurales.
Durante la noche del
viernes se inicia una seguidilla de manifestaciones, incendio de buses,
estaciones de Metro y un clima de tensión, que fue aumentando como una bola de
nieve, el amanecer del día sábado fue
caótico, ya se hablaba en los medios de saqueos, montajes y desabastecimiento,
a la par se fueron añadiendo otras peticiones en conjunto con la congelación
del alza, no más aumento en las tarifas de electricidad, regulación de las AFP,
sueldos dignos, políticas públicas acordes en salud, vivienda, educación. El
problema y los disturbios rápidamente se extendieron a regiones y al cabo de
dos días, el movimiento acéfalo (sin lideres visibles) cobró fuerza en todo el
país, provocando así que se decretara Estado de Emergencia y como un hecho
insólito en Democracia se llama a Toque de Queda, paralizando el país, suspendiendo
clases y manteniendo un estado de alerta.
Mientras tanto en
los días sucesivos las personas de
diversas clases sociales, sectores políticos y grupos etarios se manifestaron
de forma pacífica, cultural y artística en los puntos neurálgicos de las
ciudades, inclusive en los sectores acomodados de la capital, manifestando así
que el descontento era transversal, se habla de justicia social y el gobierno
de Sebastián Piñera se abre aparentemente al
diálogo, convocando a una reunión el día martes 22 de octubre, cabe
mencionar que no se encontraban todos los partidos políticos, algunos de ellos
como el PS y el PC, quienes se negaron a
dialogar mientras hubiera militares en las calles quienes reprimían a la
ciudadanía y quedando poco clara las muertes de algunos manifestantes.
El resultado fue una
serie de medidas parche, que no daban el ancho a los requerimientos del país,
quedando así fuera de la agenda temas controversiales como uso y abuso de
recursos nacionales (cobre, litio, pesca, forestales e hídricos), temáticas
sobre pueblos originarios, convenios económicos transnacionales como TPP11,
pensiones, jubilaciones, educación y privatizaciones entre otras.
Algunos relacionan
esta Revolución al Despertar del pueblo, La gota que rebalsó el vaso o la
molestia acumulada, que tiene su génesis
en la cuestionada Constitución de 1980, la que favorece a un sector acomodado y lleno de
privilegios, una constitución con leyes de amarre beneficiosa para
empresarios y militares, que perpetua el
modelo neoliberal; esto que aconteció en
Chile, lamentablemente trae a la memoria los hechos que antecedieron al Golpe
Militar del 11 de septiembre de 1973.
En la historia
podríamos señalar que los hechos se repiten, dado lo cíclico de los periodos,
podemos observar desde esta mirada, como dentro de América Latina en este mismo
periodo hay una tendencia al
desequilibro de las bases institucionales en un contexto de Globalización que
ocurren de manera transversal en Venezuela, Honduras, Argentina, Perú, Ecuador,
Colombia y ahora Chile El oasis que al parecer era sólo un Espejismo.
Johana Hernández de López.
Licenciada en Historia
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