Opinión

La amenaza de los populismos

Cientista político

bryan smith (6),
bryan smith (6) / FUENTE:

No es menor lo que estamos viviendo en Chile... el populismo emergido producto de la crisis política que, si bien tuvo su cumbre álgida en los días, semanas y meses posteriores al estallido social y hasta el plebiscito de entrada, mantiene al cuerpo político en una muy mala posición de confianza frente a la ciudadanía - muchas veces injusta y poco reflexiva - despejando la pista para el embuste y la charlatanería peligrosa y performativa de quienes, sin escrúpulos y movidos quizás por qué ambición, ponen en riesgo el futuro con promesas falsas, soluciones simplonas y criticas desveladas a todo lo construido.

Sí, es verdad, nuestra política tiene vicios y defectos, no es perfecta y se ha prestado - más de las veces que quisiéramos - para que personeros de sus filas hagan abuso del poder para beneficio propio y/o de los suyos, traicionando y dañando la fe pública sin mayores castigos... "mea culpa, mea culpa, mea culpa" debiese ser un mantra de todos los partidos que no han tenido mano de hierro frente a los corruptos y corruptas que han transgredido la ley y la ética, así también latigarse por no pedir o presentar renuncias honrosas cuando la han "cagado", sin aplicar una regla fundamental de la confianza en la política del siglo XXI: "el que mete las patas se va, y el que mete las manos se va preso".

Pero si bien debemos ser duros con quienes nos han fallado, no podemos desconocer que nuestra política, no es tanto más que un fiel reflejo de lo que somos como sociedad. Un grupo humano adolescente - 200 años de independencia no son mucho al lado de viejas naciones que hace años también pasaron por esto... - y lo que queda frente a quienes han mal obrado es sancionarlos con toda la dureza posible, por esta misma razón la corrupción debe quedar establecida en la constitución al mismo nivel que la corrupción, porque transgrede lo más valioso que puede tener una sociedad democrática, la confianza interpersonal e institucional. Pero si nos abrimos a quienes prometen el cielo y la tierra, avanzaremos hacia la misma senda oscura que otros países han recorrido y de donde aún no salen, pues el populismo aprovecha la furia, la falta de reflexividad y la frustración de la ciudadanía frente a una política maltrecha y debilitada, para agitar aún más a las masas y así transformar esa rabia en poder y gobierno, pues no es otro sino este su fin, el poder.

Ahora bien, ¿qué es el populismo?, pues no es ni una ideología ni una forma de gobierno, sino más bien un show, si, un show, una manera performativa de hacer política - escándalo, hipérbole, gritos, descrédito, simplismo, etc - que funda sus lentejuelados discursos sobre la contingencia, lo urgente, presentando soluciones fáciles, identificables con frases como: "si yo fuera presidente haría esto", "con nosotros gobernando, esto no sucedería", "yo ya tendría todo esto solucionado", "cuando nosotros seamos gobierno vamos a hacer esto y listo, problema solucionado", etc. Enarbolando salidas aparentemente simples a problemas de altísima complejidad que, por supuesto, no pasan el filtro de quienes realmente saben sobre los determinados temas.

También usufructúan del descontento con la política construyendo un discurso diferenciador de los partidos con trayectoria, tomando sus debilidades y errores, engrosándolos y acusando a todos de "traidores", "pusilánimes", "antidemocráticos", etc. - la democracia, el gobierno del pueblo nacerá solo cuando ellos gobiernen - enemistan a la ciudadanía con los cuerpos políticos con frases como: "ellos no quieren cambiar nada", "ellos no solucionan nada porque les conviene", "Yo no soy como ellos", etc. Y finalmente, cuando ya han conquistado el poder, cuando ya han abatido la estructura política y ante la necesidad de esconder su ineptitud, apuntan toda su fuerza contra un chivo expiatorio: las "elites", los empresarios, los inmigrantes, cierta etnia, cierta religión, etc.

Hoy Chile tiene un enemigo que amenaza su democracia y nuestra última línea de defensa es sin duda alguna la política, esa que es reflexiva, que reconoce sus errores, esa que sabe cuáles son sus límites y sus capacidades, que sabe cuándo debe renunciar, amiga del dialogo y sabia al comunicar, pues la política no es solo ideas, también se compone de simbolismos, constantes, acciones y mensajes que construyen la esperanza por el futuro, certidumbres de todo tipo que fortalecen la valiosa confianza que nos une y nos constituye como una sociedad, una nación en el siglo XXI.

Bryan Smith

Cientista político

Etiquetas:




matomo