Opinión

Los Ángeles y su gente...

MARIO RIOS (10),
MARIO RIOS (10) / FUENTE:

Observaba en la pantalla de tv un programa con ese nombre. "Los Ángeles y su gente". Un señor, de algunos años, muy animoso, daba vida conversaciones diversas. Generalmente tenían la belleza de las cosas simples, aquellas del diario vivir que por ser constates, pasan desapercibidas. Todo bien, pero, lo simple y permanente en otro ámbito, el de la administración pública, aquella que asumen la dirección ciudadana, al revés la simpleza termina siendo un problema más que una belleza y peor aún, francamente un problema.

La semana pasada, en las páginas de este periódico, advertía un drama cuyo final parecía ser conocido: "Este partido de Iberia, puede ser el último jugando en el futbol profesional". Anuncio dramático. Cincuenta y más años, repleto de esperanzas no habían sido suficientes para romper este drama que ya se había transformado en una suerte de consuelo periodístico, animándonos a días mejores de este equipo que, en algún momento, hizo sus maletas desde Puente Alto a Los Ángeles, con el cura Lizama a la cabeza, con un  puro en la boca y otros tantos entremedio de la sotana. No tengo información si fue el último partido. Por lo demás, en las páginas siguientes a esta noticia, fotos mostraban un estadio, sucio, (se habían robado los calefones y por tanto agua caliente en los camarines, ni mencionarlo (¿habrá algo más ordinario que robarse dos calefones?), además, las graderías bastante destruidas, todo mal, mal el equipo, mal el estadio, mal los camarines, mal todo.

Mientras tanto, mal el aeropuerto sin aviones, mal, el estadio sin construirse, se multiplican las noticias criminales,  Los Ángeles repleto de sicarios, "ciudad peligrosa", venta de drogas en los más altos niveles nacionales, sucia, repleta de basurales por todos lados, es decir, mal. En el centro los casinos hacen nata, estacionamientos ordinarios sin un pavimento adecuado, mal presentados, rejas sucias, cuidando su basural. Para un nuevo hospital se ofrece un sitio pequeño, encerrado en calles pequeñas. La comuna que se ubica en el 8° lugar de entre las comunas de más alto per cápita del país, un desastre. Sucia por donde se le mire. Lo curioso es que el alcalde y los concejales, están muy conforme. Se pagaron cientos de millones de pesos para instalar un estadio lejos de la ciudad y no se tiene dinero para un terreno que permita un hospital moderno. Fue más importante el Iberia que la salud.

¿Qué hacer?   

Recuerdo la marcha de 2018, octubre, esa cautivadora marcha para vociferar las desilusiones nacionales. La autoridad comunal se plegó a ella y la pifiadura fue tan grande que secretamente se escabulló del gentío. He presenciado on line las sesiones de nuestro concejo comunal, fuera de alabar al alcalde, los concejales no dicen poco más.  El consejo de seguridad comunal, fracasado. Un concejal alegó en su contra. "las camionetas de seguridad gastan bencina entre tanta vuelta para nada".  Casi se lo comieron. Un año después, le daban la razón: Los Ángeles declarada comuna delincuencial. Era último título que nos faltaba. Por ello, la venta de parcelas se multiplicó, "Los Ángeles y su gente", resolvió arrancar de la ciudad.  "Quiero estar viva unos años más", expresaba una mujer que, acompañada de sus hijos, escapaba de las mafias que se había tomado su barrio. Claro que no se escapó de la basura. Hasta su nuevo hogar llegó y en cantidades dramáticas.  Dios nos libre.

Mario Ríos Santander

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