Nuestra población está envejeciendo y aparecen por añadidura, diversas enfermedades físicas, que requieren que el entorno del enfermo, adapte los espacios, incorpore elementos médicos, modifique sus rutinas, hábitos y en algunas ocasiones, algún integrante de la familia, deba dedicar su tiempo a los cuidados que sean necesarios.
Un cuidador es una persona que se encargan de apoyar y asistir a un paciente, prestando un valioso servicio, que según la Asociación Americana de Psicología, corresponde "al agotamiento emocional, físico y mental que experimentan las personas que brindan cuidado continuo a familiares o seres queridos con enfermedades crónicas, discapacidades o dependencia, debido a las demandas y responsabilidades constantes del cuidado" pudiendo producir en contraparte un descuido en la propia salud del cuidador, sea este personal médico o un familiar.
No quiero decir con esto, que el cuidar a quien lo necesita para vivir, no sea una noble labor, todo lo contrario, ya que puede ser una experiencia enriquecedora y muy satisfactoria, pero que trae consecuencias que no hay que perder de vista, pudiendo incluso en el tiempo llevar a un deterioro en la relación cuidador - paciente y que los sentimientos positivos por la labor desaparezcan, experimentando en consecuencia sentimientos negativos hacia lo que se realiza.
¿Cómo saber si padezco del "Síndrome del Cuidador"?, la principal causa es el estrés continuado o crónico, aunque las primeras luces de alerta provienen de sentir aversión o rechazo hacia la labor y falta de ganas en ejecutar dicha tarea permanente, pero es habitual poder detectar los siguientes síntomas:
"Sensación de agotamiento permanente, dolores musculares, cefalea, mareos u otras molestias, problemas de insomnio, pérdida del apetito, aumento en el consumo de café, cigarrillos o bebidas estimulantes, pudiendo igualmente aparecer el uso de drogas, descuido en el aspecto personal, estrés, ansiedad o irritabilidad, problemas de concentración y propensión a la accidentabilidad, sentimiento de culpa, preocupación por el futuro y temor al enfrentarse a los propios problemas, aislamiento social o malos tratos con el entorno y mayor sensibilidad de lo habitual", por mencionar algunos.
Esta patología, no solo puede afectar directamente al encargado de cuidar al paciente, sino que igualmente al personal médico, por lo cual es un riesgo constante que debe ser identificado, conversado y abordado convenientemente, para evitar que le afecte, deteriorando la calidad del cuidado o se propague a todo un equipo médico (si corresponde). Ante eso es recomendable:
- Pedir ayuda: socializando lo que le ocurre, para poder sobrellevar la carga.
- Tener tiempo personal: es decir dedicarse a lo que le gusta, desconectándose de la rutina.
- Realizar ejercicio físico: está muy recomendado para despejar su mente, socializar y distraerse.
- Descanso apropiado: Poner especial énfasis en el buen dormir y los tiempos de ocio.
- Alimentación sana e hidratación: dos factores importantes, que ayudan a mejorar el ánimo y energía física, previniendo la aparición de otras enfermedades, por malos hábitos.
Para el entorno del cuidador, se debe entender que brindar este servicio, trae consigo un gran desgaste emocional, ya que se involucra fuertemente con el paciente, por eso es necesario motivarlo a cumplir con su autocuidado, destacándose su entrega y trabajo, para que éste se sienta realizado y perciba la importancia de lo que está haciendo, fomentando las conductas y actividades sanas, a fin de sostener su salud física y mental.
Finalmente, si tú o alguna persona está viviendo esta realidad, recomiendo acudir o consultar con un profesional de la salud mental, para orientar y combatir con otras herramientas psicoterapéuticas, la aparición del "Síndrome del Cuidador", que muchos han experimentado, pero que ahora le hemos puesto nombre. ¡Que tengas un maravilloso día!
Luis Rozas Mardones, psicólogo.