Para lograr algún objetivo en la vida, hay que sufrir también. De allí viene "pasión", del latín "patior" que significa sentir o sufrir. Bien lo sabemos los hinchas del fútbol. Pero la pasión también es aplicable al interés por una causa, por una actividad. Así ocurre con los hermanos Carlos y Eric Carrasco Méndez, dos jóvenes profesionales angelinos que desde hace un poco más de una década decidieron que su futuro sería la cervecería. Y a base de pasión, responsabilidad, perseverancia y mucho trabajo, han logrado posicionar sus productos.
No sólo se han dedicado a la producción de cerveza, sino que además a promover a las demás empresas de cerveza artesanal (que felizmente hay muchas en el país), con una mentalidad totalmente abierta, sana, sin egoísmo, porque entienden que de manera asociativa se puede lograr mucho más. Como dicen Los Jaivas, "si este mundo es uno y para todos, todos juntos vamos a vivir". Por lo mismo, Carlos fue miembro del primer directorio de la ACI, Asociación Cervecera Independiente de Chile.
A Carlos Carrasco lo conocí en las aulas liceanas, cuando adolescente - inquieto y soñador-, cuyos anhelos se han visto realizados con el paso del tiempo. Ahora es un sociólogo que, después de trabajar en el servicio público por más de diez años, se dedicó junto a su hermano Eric a producir cerveza. Ha obtenido reconocimientos internacionales por su labor cervecera, ha participado activamente en la exitosa realización del Biobío Beer Festival y se dio a la tarea de escribir el libro Ruta Cervecera Nacional, con el sugestivo subtítulo "130 cervecerías que debes conocer". Se declara "un apasionado, un verdadero amante de este maravilloso brebaje y lo que representa". Y lo ratifica: "duermo cerveza, hago cerveza, sueño cerveza, escribo cerveza y, ciertamente, bebo cerveza".
No cabe duda, su pasión es la cerveza y transmite su entusiasmo al escucharlo y al leer el libro presentado hace unos días en el Centro Cultural de Los Ángeles, lugar que se consolida como el más apropiado para todo tipo de ceremonias y actividades que fortalecen el espíritu.
La "Ruta..." no sólo es una guía, es una invitación a encantarse por las cervecerías de todo el territorio nacional. El libro es para llevarlo en la mochila, si se va de viaje, y también en la guantera del auto, para visitarlas donde uno vaya, conocer las distintas plantas de producción y degustar la amplia variedad de cervezas. Es una forma de apoyar a los maestros cerveceros y disfrutar de este "maravilloso brebaje".
¿Por qué en los últimos veinte años ha proliferado en Chile la industria cervecera artesanal? Motivos hay muchos y uno de ellos es la libertad para vivir haciendo lo que uno quiere hacer, "sin jefes", lo cual también obliga a practicar otras virtudes muy necesarias para triunfar en la vida. La mencionada perseverancia es fundamental, la responsabilidad, el respeto a sí mismo y a los demás para entregar una producto de calidad, hecho con amor, trabajando para aumentar la productividad de las casi 400 marcas de cervezas artesanales del país con el fin de acercarse al casi 90% de las grandes empresas cerveceras mundiales. Tarea nada fácil, pero no imposible de lograr. T0do se puede cuando se quiere.
Hay mucho que hacer, y se necesitan muchos productores como los hermanos Carrasco Méndez: empeñosos, apasionados, metódicos, alejados del egoísmo vano y corruptor; fraternos, valientes, soñadores, idealistas, buena onda, perfeccionistas, positivos, alejados de la vanidad e impregnados de orgullo sincero por lo que hacen, para que esta -aún incipiente- industria se afiance, crezca, se desarrolle y consolide.
Al hojear primero y comenzar a leer después la Ruta Cervecera Nacional, estoy seguro que el lector se maravillará con la pasión que muestra cada uno de los cerveceros, entusiasmo motivador, y seguramente se convencerá de que podemos disfrutar con mucha seguridad un exquisito brebaje de gran calidad, hecho en distintas ciudades de nuestro país. ¡Salud!
Zenón "Cheno" Jorquera