Opinión

El arte de conversar y el logro de objetivos

Zenón Jorquera, Zenón Jorquera
Zenón Jorquera / FUENTE: Zenón Jorquera

Me encuentro en el colectivo con una colega profesora, quien en una columna anterior me hizo una observación (por whatsapp) porque no estaba de acuerdo con algunas de mis apreciaciones. En el trayecto aprovechamos de conversar al respecto. Cada uno dio sus opiniones y "fue hermoso". Claro, siempre es agradable conversar, intercambiar puntos de vista -no siempre concordantes- en un ambiente de respeto, amabilidad, mesura, cordialidad. Eso hace bien. No podemos estar siempre de acuerdo en todo. Y la conversación es un medio apropiado. Nos despedimos con una sincera manifestación de aprecio.  

Las columnas de opinión son precisamente para reflexionar, analizar, discutir y sacar conclusiones. No para atacar sin piedad, sino para aportar, buscar soluciones a los problemas o inconvenientes. Pero usar el ventilador cuando no hace mucho calor es simplemente desperdiciar la ocasión y una pérdida de energía. Y cuando se repiten las ideas es fácil tornarse monotemático y repetitivo, como decía el humorista Coco Legrand en una de sus simpáticas e hilarantes rutinas; porque el lector ve ahí una suerte de ataques, algo de resentimiento, frustración, más que propuestas o deseos de aportar.

En una ceremonia pública repetí algo que dijo un respetable vecino ya fallecido: "Los Ángeles crece pese a los angelinos". Es una frase fuerte que nos debe hacer meditar. Y parece ser cierta. Si yo quiero lo mejor para mi comuna y veo que hay deficiencias, dificultades, problemas, mi deber es señalar mis aprensiones por los canales que corresponde. Pero si lo hago sólo con afán crítico, vilipendiando, menospreciando, entonces no vale mucho. No surte el efecto que se desea.

A veces me viene a la memoria la famosa frase "Me parece que no somos felices...", que expresó el abogado y senador Enrique Mac Iver hace más de un siglo, el 1º de agosto de 1900, para ser más exacto, en el Ateneo de Chile, en su "Discurso sobre la crisis moral de la República". A propósito de esto, el deber que debemos imponernos es buscar la felicidad cada día y tratar de que los demás también lo sean. Pero eso lo debemos hacer con actitudes positivas, propositivas, para lograr que los objetivos se hagan realidad, entregando lo mejor de cada cual, con el mejor ánimo, sin caer en descalificaciones. Los aportes más significativos son aquellos que ayudan a mejorar en todo aspecto.

Cuando se critica mucho y sin mucho argumento, en el lenguaje futbolero se dice: ¡A la FIFA! (Sé que los que practican el fútbol y muchos hinchas lo entenderán). Significa algo así como "vaya a cobrar allá". Pero para entenderlo hay que ir al fútbol, a los estadios, ser hincha. No hablar desde lejos.

Saco a colación esto porque a muchos angelinos y biobenses (e incluso en otras latitudes) nos preocupa la suerte que puede correr Iberia. La opinión es unánime: El club debe permanecer en Los Ángeles. La comunidad se ha manifestado: Iberia es de esta comuna. Eso es lo que nos debe motivar. Más que buscar culpables o responsables de la situación que está viviendo la institución, hay que buscar la solución. Por esto hay que luchar. Y cada uno en su ámbito puede entregar su energía parar ello. Y así se está haciendo. Con ánimo, con pasión, con voluntad decidida y resolución sincera: ¡Sí, queremos que Iberia siga siendo angelino! Y reiterando lo que dijo el alcalde Krause: Los actuales controladores del club deben tener un acto de generosidad para con la comuna y la amplia y fiel hinchada iberiana.

Este objetivo es importante para seguir creciendo como comuna, la misma que construimos entre todos. Este logro nos hará más felices.

Zenón "Cheno" Jorquera

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