Opinión

Adviento, tiempo de espera y preparación

Periodista y vocera Fundación Voces Católicas

María Elena Fernández, Voces Católicas
María Elena Fernández / FUENTE: Voces Católicas

Nos aprestamos a iniciar un momento muy especial del año, uno que vivimos  en medio de inmensas distracciones. Quisiéramos hacer un alto y prepararnos adecuadamente para el gran acontecimiento anual:  Navidad. Para ello la Iglesia nos propone el tiempo de Adviento; cuatro semanas para preparar el corazón y recibir al Niño Jesús que nos trae #paz, #esperanza, #amor.

Sin embargo, como cada año, esa preparación se hace difícil y nos encuentra revolucionados o más bien hiperrevolucionados. Fin de año, vacaciones escolares, cierre de metas laborales, celebraciones, calor (aunque eso también está esquivo) y este año también con elecciones, todas situaciones que nos distraen y consumen gran parte de nuestra energía, dejando poco espacio a las buenas intenciones espirituales.

Este año hagamos el firme propósito de día a día revisar nuestro barómetro espiritual y llenarlo de acciones que nos acerquen y predispongan a recibir los dones que nos trae el Niño Jesús. Escribo con la convicción de que ello es posible. Sólo ayer lo viví en el supermercado. Mientras esperaba mi turno en caja, dejé pasar a una señora que necesitaba comprar sólo un par de cosas. Cuando fue mi turno, no me funcionó la forma de pago y dispuesta a devolver todo, una señora ofreció pagar por mí y que yo le hiciera una transferencia. Imaginarán mi alegría. Al agradecerlo ella me replicó que acababa de ser ayudada por una persona y quería devolver el favor. ¿Imaginan lo distinto que sería el mundo si ese fuera nuestro modo de actuar de todos los días?

Es posible y está en nuestras manos llevarlo a cabo. No nos dejemos llevar por el pesimismo ni por los agoreros. Más bien pongamos estás intenciones en el pesebre con fe y seguridad que el pequeño Niño que esperamos nos traerá todo lo que le solicitemos. Y en esta fecha, los invitamos a tener presentes en su oración, a los que sufren, los que lloran, los que esperan poco de la vida, los que enfrentan dificultades o viven en países en guerra. Y, sobre todo en este tiempo de Adviento, a quienes sufren en Tierra Santa, esa región tan golpeada y que hace 2000 años recogió los pasos del mimo Jesús.

"La paz que los pastores anunciaron en este lugar sagrado siempre ha sido difícil", dice el Padre Artemio Vítores, quien tiene a su cargo la Gruta de la Natividad, el lugar del nacimiento de Cristo, en la Basílica de la Natividad de Belén. "Si no trabajamos juntos, los cristianos desaparecerán de Tierra Santa".

"La historia de nuestra fe encuentra sus orígenes en esta tierra", nos ha dicho el Papa Francisco. "Si queremos comprender nuestra propia historia personal de fe y nuestra necesidad de la misericordia de Dios, debemos volvernos a ese lugar y tiempo, cuando el mismo Jesús caminó entre nosotros".

María Elena Fernández

Periodista y vocera Fundación Voces Católicas

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