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Columnista

Desintoxicación digital

Luis Rozas Mardones, psicólogo

por Luis Rozas Mardones, psicólogo

Hoy en día la tecnología está presente en muchos ámbitos haciendo más simple nuestra vida, hasta ahí todo bien, pero ¿Qué pasa cuando el consumo de tecnología o dispositivos electrónicos es excesivo? Ese es el punto de discusión y, aunque pareciera inocente, no lo es, pudiendo transformarse fácilmente en una adicción, ahí sí tenemos un problema por solucionar.

No todas las personas se dan cuenta que esta acción repetitiva o de costumbre, los atrapa sin soltar, marcando un notorio predominio de lo virtual por sobre lo presencial, replicándose escenas en donde hay una reunión, donde nadie habla, todos mandan mensajes, se hace vida social con un video juego online, se construyen relaciones a través de una aplicación y sencillamente, se acostumbra a la inmediatez o a obtener algo, sin mayor esfuerzo.

Si se está en esa condición, ya es muy tarde y ha pasado a ser un "cautivo digital", en búsqueda de gratificación inmediata, por medio de un like. Entonces no resulta tan descabellado hablar de una epidemia que involucra el consumo de tecnologías, redes sociales, videojuegos y pantallas en general, que alcanza principalmente a la población joven o adultos jóvenes, quienes en búsqueda de reconocimiento, placer o diversión, se convierten en víctimas preferentes.

Tal como lo señalé, a nivel juvenil, existe mayor vulnerabilidad ya que el uso temprano de estas tecnologías en diferentes formatos, retrasa la maduración del lóbulo prefrontal, encargado del control de los impulsos, trayendo dificultades para socializar, falta de motivación, aumento del fracaso escolar o aislamiento, afectando sin lugar a dudas el neurodesarrollo individual y la gestión de las emociones, que llevan a conductas inadaptadas, agresivas o retrasadas, encontrándose directamente relacionado con el motivo de consulta clínica en patologías de la salud mental tales como el trastorno por déficit atencional, hiperactividad, trastornos obsesivo compulsivos, ansiedad o depresión, además de ser una fuente de tensión, cuando se quiere poner límites o restringir.

Quién está "adicto", a una droga no tradicional como es el uso excesivo de tecnología, se hace dependiente, se auto margina de la vida real o presencial y comienza a convivir con escenarios ficticios de alto riesgo, creados con algoritmos matemáticos, en donde pueden ser víctimas de ciber acoso, contacto con desconocidos, apuestas online o sexting, por nombrar algunos.

Visto todo lo anterior, ¿Será razonable tener un descanso de todo ello?, la respuesta es SÍ, ya que desconectarnos, puede hacer una gran diferencia y llevarnos a vivir más plenamente, sin olvidarnos de lo que realmente vale, oculto en lo simple, tal como como una conversación amena, escuchar música, cocinar algo rico, salir a caminar conectándonos con la naturaleza, concretar tareas que postergamos, realizar deportes, practicar un hobbie y en general encontrar la tranquilidad, asociada a una felicidad más duradera, que vive en nosotros.

Si no se toma conciencia del problema (o no se quiere tomar), podemos partir por probar e  imaginarnos un día sin el uso de tecnología, desconectados de las redes y conectados con nuestra esencia, podemos llegar a  darnos cuenta de que tan dependientes somos de esa pantalla, cuánto sabemos (sin ir a google) y que tipo de relaciones somos capaces de abordar, sin buscar un like, si pareciera imposible vivir en desconexión, probablemente estés en el grupo de los "adictos digitales".

 Les sugiero entonces hacer una desintoxicación de lo digital y alejarse bruscamente de todo ello, para poder reconectar contigo mismo (a) y con tu entorno, alejándonos de comportamientos poco productivos e intrascendentes, todo lo cual los llevará a ganar lo siguiente:

-Mejoramiento de la calidad de vida.

-Capacidad de disfrutar de las cosas simples.

-Concreción de actividades que son pospuestas o para las que nunca tenemos tiempo.

-Fomentar y cuidar las relaciones sociales físicas y reducir las virtuales.

-Promover conductas menos impulsivas y fruto de un trabajo previo.

-Evitar comportamientos tóxicos y adicción a las pantallas.

Finalmente, la desintoxicación digital, llegó para quedarse y el primer paso para salir de ese hoyo adictivo, está en tus manos, para volver a los orígenes, formar futuros adultos más autovalentes y seguros de sí mismos, viviendo en el mundo real que te puede llevar a la felicidad, no así en el digital, donde el placer dura solo segundos, piensa en ello, aplícalo y si no puedes solo, consulta a un profesional de la salud mental. ¡Que tengas un maravilloso día!

Luis Rozas Mardones, psicólogo

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