Opinión

La intempestiva muerte

Zenón Jorquera, Zenón Jorquera
Zenón Jorquera / FUENTE: Zenón Jorquera

La muerte siempre provoca dolor, especialmente en el entorno del extinto, pero en situaciones trágicas, como el fallecimiento del ex presidente Sebastián Piñera, el pesar es para todo un país. Además, la manera en que ocurrió el suceso impacta, impresiona, conmueve y acongoja a toda la comunidad nacional. La mayoría de los chilenos llora al ex mandatario. Por eso resulta inconcebible que algunos hayan hecho una manifestación contraria en la plaza Baquedano en Santiago. No cabe duda que el fanatismo y la sinrazón ciertamente llevan a actos irracionales. 

Escribo para todo público (todo lector) y debo comprender que tal vez es preciso insistir en descifrar la sutileza que existe entre "enemigo" y "adversario". Y en política es muy importante comprender el significado de ambos vocablos. El enemigo es un contrario, que tiene mala voluntad, que busca destruir, eliminar al otro; en cambio, el adversario es una persona que estando en distintas veredas del pensamiento tiene voluntad para interactuar, intercambiar opiniones, buscar consensos y lograr acuerdos, objetivos comunes. He ahí la "pequeña" diferencia.  

A raíz de la columna de la semana pasada, que titulé "La sabiduría de un estadista", he reflexionado acerca del significado de ambas palabras,  y la necesidad imperiosa de practicar las virtudes que todo ser humano debe tener presente siempre. Una de ellas es la tolerancia.

Esa entre muchas otras.

Con motivo del anuncio del retiro de la vida pública del ex presidente Ricardo Lagos, con un video con mucho simbolismo, aparecieron coincidentemente varias columnas en los medios, con pensamientos y mensajes coincidentes o similares, de autores de variado pensamiento político; la mayoría de ellas muy positivas, recordándolo, valorándolo, justipreciándolo. Vi sólo una negativa, titulada "Ricardo Lagos: Un gran fracaso". De ahí mi reflexión. 

La tolerancia es una actitud fundamental para vivir en sociedad y navegar en las turbulentas aguas de la política. Tolerar es tener la disposición y capacidad de convivir pacíficamente con personas que poseen pensamientos y opiniones, comportamientos y/o características distintas a las nuestras, para no caer en la nefasta discriminación, el irracional prejuicio o la innecesaria violencia.

Así también la muerte del ex Presidente Piñera nos lleva a valorarlo con sus cualidades y defectos, con sus triunfos y derrotas, con sus éxitos y sus fracasos, pero por sobre todo por su vocación omnívora (palabra usada por el rector Carlos Peña), en el sentido de querer hacerlo todo, de competir consigo mismo por lograr el éxito, de hacer todo lo posible de realizar; conquistar los objetivos sin desmayar, de exigir y exigirse por sus convicciones. Entender que los compromisos son para cumplirlos. Su estricto sentido de la responsabilidad y de la dignidad de su cargo. Esas son cualidades que no todos poseen y que es preciso aquilatar, apreciar, imitar y replicar. Son condiciones que impelen al éxito. Nada de dejar para después (palabra ominosa "después").  El ahora es el importante. Así lo pensaba el fallecido ex Presidente. Entendía los problemas y buscaba los mecanismos y las formas, las mejores estrategias, hasta lograr la solución. Con decisión y resolución sincera. Así tuvo resultados exitosos en el rescate de los 33 mineros y en la pandemia. No se puede negar. 

No somos nosotros los que tenemos la facultad de juzgar la trayectoria política del ex mandatario. Será la Historia la que -con el paso del tiempo, con la tranquilidad que da la serenidad de los años, con sabiduría y análisis reflexivo-, sabrá aquilatar sus gobiernos y su accionar, sus decisiones (erradas y exitosas). De seguro, su gestión para lograr el Acuerdo por La Paz y Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, será una de ellas. 

Ha muerto un demócrata que con inteligencia y amor hizo lo que creyó mejor para el país y se esmeró, con yerros y aciertos, por un Chile más desarrollado, tarea inconclusa que otros deberán asumir.

Zenón "Cheno" Jorquera

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