Opinión

Muerte súbita en el fútbol amateur

Kinesiólogo Dirección Comunal De Salud

Fernando Muñoz, Municipalidad Los Angeles
Fernando Muñoz / FUENTE: Municipalidad Los Angeles

Más de 2 mil jugadores, de todas las edades, se distribuyen por las distintas canchas de fútbol amateur de Los Ángeles, cada fin de semana, con la motivación de jugar, ganar y recrearse. Lamentablemente, el sábado pasado, nuestra comuna se vio enlutada por la muerte, ocurrida en cancha, de un destacado jugador del club deportivo Villa Hermosa, alguien muy querido por su entorno más cercano.

La muerte súbita siempre será un hecho trágico, que rompe la normalidad y genera un gran impacto familiar; también afecta a los pares y a la comunidad de la persona que pierde la vida de forma tan repentina e inesperada perturbando, en definitiva, a toda la sociedad.

Será éste, entonces, el momento de replantearnos el cómo estamos actuando frente a estas situaciones complejas.

Capacitaciones mínimas en primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar (RCP) en dirigentes y jugadores, además de la existencia de un desfibrilador externo automático (DEA) en cada cancha, son algunas de las medidas que podrían salvar la vida de algún otro jugador que pueda enfrentarse a una situación similar.

Por otra parte, se hace necesario que la asociación que agrupa a los distintos clubes de fútbol aficionado establezca redes comunitarias que promuevan la práctica de actividad física en ambientes libres de consumo de alcohol, drogas y de violencia. En paralelo, que genere nexos con los centros de salud familiar (CESFAM) cercanos a estas organizaciones deportivas, de manera de realizar operativos de salud que pesquisen oportunamente riesgos cardiovasculares o de otro tipo que amenacen la salud de los deportistas.

Ocuparnos de nuestra salud hoy es determinante para nuestra futura condición física, mental y emocional y para ayudar a evitar hechos tan trágicos como el ocurrido el último fin de semana.

Fernando Muñoz Fonseca

Kinesiólogo Dirección Comunal De Salud

Etiquetas:




matomo