Opinión

La Importancia de la educación técnico-profesional en el desarrollo de Chile

Director Académico
IPCFT Santo Tomás Los Ángeles

Luis Ancamil, UST
Luis Ancamil / FUENTE: UST

En el contexto del sistema de educación superior en Chile, es fundamental entender la relevancia de la educación técnico-profesional (ETP) como un pilar esencial para el desarrollo del país. El sistema se divide en tres subsistemas: universidades, institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT). Cada uno de éstos tiene un mandato específico, establecido por ley, que responde a las necesidades particulares del desarrollo económico, social, cultural, científico y tecnológico de la nación. La ETP, en particular, juega un papel crucial en la formación de técnicos y profesionales capacitados que puedan contribuir de manera directa a la productividad y al crecimiento sostenible.

El primer punto a destacar es la función que cumple la educación superior en la generación de conocimiento y en su vinculación con el medio. Este enfoque permite a las instituciones de ETP contribuir activamente al desarrollo del país, no solo en términos económicos, sino también en los ámbitos social, cultural y tecnológico. La formación técnica y profesional está diseñada para responder a las necesidades inmediatas del mercado laboral, proporcionando a los estudiantes las habilidades necesarias para integrarse y aportar al desarrollo en diversos sectores.

Sin embargo, existe un déficit significativo de profesionales y técnicos en Chile. A pesar de los avances en la educación superior, las empresas aún enfrentan una escasez de personal calificado para satisfacer sus necesidades operativas y estratégicas. Este déficit no solo persiste, sino que se ha incrementado debido a la demanda por carreras universitarias tradicionales que alcanza a cerca de un 60% del total de matriculados (Mineduc) en educación superior en Chile. En este sentido, las carreras técnicas, que generalmente abarcan entre cinco y ocho semestres de formación, se presentan como una solución efectiva para cubrir esta brecha. La especialización en áreas técnicas no solo mejora la productividad de las empresas, sino que también fortalece la competitividad del país en un mercado globalizado.

La articulación entre los distintos subsistemas de educación superior es otra de las grandes fortalezas del modelo chileno, especialmente en la ETP. Esta colaboración permite a los estudiantes transitar entre diferentes niveles de formación, desde carreras técnicas hasta programas universitarios y posgrados. En instituciones como Santo Tomás, este enfoque se ha materializado en la creación de trayectorias formativas claras y viables, que facilitan la movilidad académica y profesional de los estudiantes. La posibilidad de que un estudiante comience su formación en un CFT o IP y luego continúe hacia una licenciatura o un posgrado, es una muestra del potencial que tiene la ETP para adaptarse a las necesidades cambiantes del mercado laboral y ofrecer una educación integral y continua.

En este contexto, es relevante considerar no solo las trayectorias formativas, sino también las laborales como un desafío estratégico para los próximos años. A medida que se diseñan políticas y proyectos educativos para el período 2024-2028, es esencial que la experiencia laboral se integre como un componente clave en la planificación institucional. Esto implica no solo formar a técnicos y profesionales altamente capacitados, sino también asegurar que sus habilidades y conocimientos sean relevantes y aplicables en el largo plazo, contribuyendo al desarrollo sostenible y al bienestar social del país.

La educación técnico-profesional, por tanto, no debe ser vista como un subsistema aislado, sino como una parte integral del sistema educativo superior que tiene un impacto directo en el desarrollo económico y social de Chile. La formación de técnicos y profesionales en áreas estratégicas es esencial para enfrentar los desafíos actuales y futuros del país, y la articulación entre los diferentes niveles educativos es clave para asegurar una educación de calidad y una inserción laboral exitosa. Así, la ETP se consolida como un motor indispensable para el progreso nacional, alineado con los objetivos de desarrollo sostenible y con las necesidades del mercado laboral moderno.

Luis Ancamil Abarzúa

Director Académico

IPCFT Santo Tomás Los Ángeles

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