Opinión

China y Pichachén

MARIO RIOS (10),
MARIO RIOS (10) / FUENTE:

Trump, Presidente electo de EEUU, está nervioso con China. La globalización ha llegado a niveles de tal dimensión que ahora, administrar puertos, aeropuertos Y aduanas diversas, resulta ser de una potencia cuya dimensión es difícil de cuantificar.

De partida, Trump notifica entre bromas y verdades al gobierno de Panamá señalando que "USA recuperará la administración del canal de Panamá". En efecto, en el año 1976, el Presidente Carter entregó el Canal al Gobierno de Torrijo, despidiendo un patrimonio económico importante y de una estrategia mundial mayor. Carter no conocía lo que iba a significar China en el comercio mundial ni menos que estos centros internacionales, terminarían siendo administrado por empresas de otros países. Y eso ocurre al parecer con China y el canal de Panamá que deja miles de millones de dólares al año al erario panameño y a la empresa que controla su administración. Pero eso no es todo. Trump descubrió que China administra en la actualidad 56 puertos mundiales, de ellos, los 24 más importantes del orbe y sumando otros, como el que construyó en Perú, obteniendo de esa forma, un poder sobre el comercio exterior inmensamente grande. Los norteamericanos, no son dados a formar empresas administradoras, los chinos sí y recién Trump se está dando cuenta que le han dado a la potencia asiática el poder del comercio exterior. 

De lo anterior colegimos que el buen negocio es administrar fronteras, en cualquiera de sus formas, puertos aeropuertos, canales, es decir todos. El aeropuerto de Pudahuel lo administra una empresa francesa y, ya lo decíamos, el canal de Panamá lo administra una empresa China que trabajaba algo marginada del comentario internacional hasta que Trump la descubrió. Podríamos entregarle a los chinos Pichachén, en el bien entendido que ellos son capaces de "ponerle color" a un asunto que más bien pareciera ser, al menos para Biobío y particularmente para Los Ángeles, una especie de misterio no resuelto de algo que es más bien inútil. Es evidente que no se interesaría nadie, aunque no cancelarán impuestos por dicha administración y ello simplemente porque después de tantos años de funcionamiento, los resultados son "cero", no hay novedad alguna y aunque siempre hay gente que lo defiende (en ellos algunos editoriales de La Tribuna), es cada vez menos el número.

Pero, volviendo a lo importante. Esta "guerra de la administración limítrofe", amenaza nuevas acciones políticas del más alto nivel. Putín, que tiene una extraña amistad con Trump, y que ha sido de por vida despreocupado de los asuntos políticos de otros continentes (Maduro, lo está sintiendo ahora por la demostración de una Rusia desinteresada por su futuro), está volviendo la vista a China que parece un día apoyándolo y al otro día, ajeno. Nunca logró de China un apoyo decidido en esto de la guerra con Ucrania y ahora, que asciende su amigo Trump a la presidencia de los EEUU, con mayor razón debe analizar su relación con esta China tan ajena y de paso, logra el término decente de un conflicto bélico que lo tiene vuelto loco.

El "pobre Pichachén", sigue ahí.

Mario Ríos Santander

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