De vez en cuando surgen voces que califican la ciudad de Los Ángeles como "muy fome", "fea" y con muy pocos atractivos para el visitante, pero no conocemos de nuevas visiones y tampoco se remarcan aquellas demandas consideradas urgentes por la ciudadanía, para luego observar el cómo abordamos los nuevos requerimientos y conceptos que nos ha traído la modernidad tales como la sustentabilidad.
La autoridad comunal tiene la responsabilidad de responder a las demandas de sus habitantes, y que en nuestro caso se vinculan principalmente con la seguridad y en esto, la respuesta de nuestro alcalde ha sido certera, explicitando decididamente su voluntad de asumir, con determinación, acciones que le permitan combatir la delincuencia, en todos los frentes que la ley y el Estado de Derecho le permitan y faculten. Esta decisión se focaliza en lo urgente, en lo emergente, y por ello mismo representa un paso fundamental para entrar en otras etapas que caracterizan a las ciudades sustentables o sostenibles, diseñadas para "enfrentar el impacto social, económico y ambiental".
Lo interesante aquí, es que el concepto de sustentabilidad ha ido creciendo más allá de lo puramente ambiental, ha ido incorporando el componente social y económico, reconociendo así la diversidad de problemas que surgen y afectan a la comunidad y que deben ser abordados desde el Estado y también desde el mundo productivo privado.
Una ciudad sustentable debe ofrecer seguridad a sus habitantes, trabajo y recreación, contando con los espacios necesarios para generar actividades culturales y deportivas, debe garantizar un ambiente saludable, sin contaminación. También debe desplegarse territorialmente teniendo presente una cuidadosa planificación urbanística, haciendo de ella un espacio amigable y sostenible con su entorno. Los Ángeles puede aspirar a ser una ciudad reconocida por estas características si continuamos por la senda y el sello que el actual alcalde José Pérez Arriagada está imprimiéndole, batallando con el centralismo, por ejemplo, para lograr disponer de la abandonada franja de ferrocarriles, que le impide a los vecinos de Paillihue, disponer de otra vía, para descongestionar la casi intransitable avenida Los Carrera.
Mario Morales Burgos
Profesor