El diario La Tribuna, publicó un editorial que, por su contenido, es oportuno entregar alguna opinión.
Bajo el título: "Regiones, desafíos pendientes", el editorialista expresa conceptos e ideas que, señaladas como avance, en realidad son atrasos del proceso de regionalización. De partida, sostiene como paso significativo la, "desconcentración del poder...", en circunstancia que, al revés, tal hecho, desconcentración, es precisamente mantener las potestades centralizadas y con presencia administrativa en otro punto del país, que no sea la capital. No así, descentralizar, que es el traslado de potestades a otros territorios.
Luego, en el recuerdo que se hace sobre la existencia de la provincia como territorio político del país, efectivamente, la provincia, nunca tuvo la capacidad de asumir la responsabilidad del desarrollo en su territorio provocando un centralismo que llevó al 42% de la población a vivir en Santiago, consolidando un poder político-electoral de tal dimensión que prácticamente eliminó todo atisbo de crecimiento económico y social del resto del país. Era un estado absolutamente desconcentrado. Tal es así que la referencia al Gobierno Nacional pasó a denominarse," Gobierno Central", expresión que se utiliza, negativamente hasta el día de hoy por todas las autoridades regionales y locales... y también por la prensa.
Señala luego, como avance significativo de este proceso, la elección de los Consejeros Regionales y luego de un Gobernador Regional, ambos hechos políticos electorales que claramente, no han rendido y peor aún, comienza a ponerse en duda su capacidad institucional. En cambio, el editorial, omite hitos del proceso trascendentes como fue la dictación de la Norma Constitucional, (Art 19 N° 20, último inciso) que permitió la "aplicación de los tributos originados por actividades relevante en la región o localidad (comuna)", nunca aplicado por la incapacidad manifiesta de los componentes del gobierno regional en su conjunto, ejecutivo y normativo, ambos en el Consejo Regional. Y en lo comunal, la existencia de un Poder del Estado evidente, como en los hechos lo es la Comuna y en ella, su ente administrativo, ejecutivo, el municipio, establecido en el art 118 de la Constitución que dispone en la municipalidad la coordinación de la totalidad de los servicios públicos en el trabajo que ellos realicen en la comuna. No existe ninguna otra autoridad del país, ni el Presidente de la República que tenga tal potestad. Y claro, es evidente que debe ser así por cuanto, la municipalidad es el único organismo público que no tiene dependencia de ningún poder del estado. Eliminado el Ministerio de Planificación Nacional, todas sus potestades fueron incorporadas en el Gobierno Comunal, partiendo por el propio Plan de Desarrollo, potestad única en la administración pública y la facultad que tiene el Alcalde de iniciar o hacerse parte, en representación de la comunidad en hechos judiciales que lo ameriten, sin necesidad que sean estos, asuntos que comprometan al municipio. Ello da mayor fuerza al concepto de Poder del Estado. Lamentablemente los municipios han sido incapaces de asumir plenamente tales potestades y peor aún, se desprenden de acciones básicas como la educación comuna, paso importantísimo para ingresar a nación del primer mundo.
En fin, hay un mundo de funciones que liderar, todas descentralizadas, que no se asumen. La democracia no ha sido capaz, salvo excepciones, de elegir a los personeros más adecuados para cumplir tales funciones.
Entregamos solo una muy pequeña síntesis. Esperamos, en un asunto de tanta importancia como es la administración de una nación, contar con el interés público.
Mario Ríos Santander
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