Con el eslogan ¡Los Ángeles libre de ruidos! terminé mi intervención en la última reunión del Concejo Municipal, celebrada el martes 15 del presente. Y agregué: ¡No más escapes libres en nuestra comuna!
Pretendo que no quede solo en una frase o arenga. Espero que se haga realidad a corto o mediano plazo. Dependerá mucho de la voluntad política y de la propia comunidad que se ve afectada por los ruidos molestos que a diario todos debemos soportar.
Muchas situaciones, por su dilatada ocurrencia, quedan como normalizadas. La costumbre se institucionaliza.
Desde hace algunos años en el país y, por tanto, en nuestra comuna, las motocicletas han proliferado, no como vehículo de paseo como era antes, sino que como medio de trabajo. Eso está bien. Lo que no está bien es que estos vehículos y muchos otros circulen con lo que comúnmente se llama el escape libre, provocando mucho ruido y contaminación acústica, alterando las condiciones normales del ambiente. Hay que agregar las alarmas de distintas empresas, los motores de camiones y buses que inician sus trabajos desde muy temprano.
Me decía un amigo que vive en el sector rural, que esto ya no solo es en el radio urbano, sino que se ha trasladado con mucha frecuencia a los campos, escapes libres que se escuchan durante las 24 horas del día a varios kilómetros de distancia, frente a recintos religiosos, establecimientos educacionales y de salud, sin ningún respeto también en las horas de descanso. Si lo hacen a plena luz del día en el centro de la ciudad, con mayor razón creen tener libre albedrío para hacerlo en los caminos rurales.
Uno se pregunta, ¿las plantas de revisión técnica aceptan los escapes libres? Así como son estrictos con la emisión de gases, lo que es correcto porque perjudica la salud, sin duda, también deberían serlo con los vehículos que emiten ruidos molestos, me parece. Ambos contaminan, lo que debemos evitar, no solo en palabras sino en hechos.
¿Qué hacer? A lo menos solicitar a Carabineros que fiscalicen a motociclistas y conductores de los vehículos que transitan provocando ruidos molestos. Por tanto, pedí un acuerdo de Concejo para oficiar a Carabineros en relación a este problema que se está haciendo costumbre, acuerdo que fue aprobado por todos los Concejales presentes. Solicité, además, que la Municipalidad de Los Ángeles inicie una campaña comunicacional, a través de todos los medios que posee, invitando a la comunidad a evitar los ruidos molestos en general y los de los automóviles en particular, tal vez denunciando con fotos de las patentes de las motos y los autos que circulen provocando tanto ruido y molestia a las personas, niños con situaciones especiales (personas neurodivergentes) y a la comunidad en general, para poder vivir en paz y con mayor comodidad. Todo eso de manera anónima, ciertamente. Para vivir sin sobresaltos también hay que cuidarse de que lo que hagamos y digamos sea bien aceptado, y tratado con la reserva correspondiente, para no recibir posteriormente las represalias de parte de los infractores que -como se ha visto- tienden a hacerse justicia a su manera cuando no les gusta lo que otras personas, haciendo uso de su libertad, han realizado.
El ruido es un contaminante común, molesto por lo desagradable, cuyos efectos son a mediano plazo muy perjudiciales para la salud humana. El tránsito vehicular es responsable de un alto porcentaje del ruido ambiental en la ciudad. En consecuencia, somos las personas las que debemos revisar y cambiar nuestros hábitos y conductas, comenzando por escuchar música a un volumen más moderado, ya sea en nuestro hogar como en el vehículo (escuche para usted, no para los demás); y en cuanto a los conductores es menester tener consideración por el prójimo, evitando contaminar con el ruido que provoca su auto o moto.
Si tomamos conciencia y no provocamos ruidos molestos, especialmente con nuestros vehículos, seguramente viviremos menos estresados, menos nerviosos, y propiciaremos y posibilitaremos bienestar y una mejor calidad de vida. Formulo votos porque esta cruzada ciudadana tenga eco en los vecinos y vecinas.
Haga suyo este eslogan: ¡Los Ángeles libre de ruidos! ¡No más escapes libres en nuestra Comuna!
Zenón "Cheno" Jorquera
Concejal de Los Ángeles
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