Las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias tendrán su arranque en las "primarias" con un gran número de candidatos que todavía buscan alianzas con el objetivo de llegar a la recta final con el mayor respaldo electoral. La fragmentación política, sin duda, dificulta la construcción de alianzas tanto en la derecha como en la izquierda, previendo que, concluido este proceso democrático y ciudadano, será muy complejo enfrentar las elecciones con un "programa" unitario que interprete al mundo político del sector y que luego de claras respuestas a los problemas que agobian a los chilenos.
Desde el mundo socialista emerge la candidatura de su presidenta Paulina Vodanovic luego de la bajada de Bachelet, la candidata mejor posesionada del oficialismo, dejando totalmente abierta la posibilidad de levantar candidaturas en todo el progresismo, cuestión que generó una búsqueda desesperada e improvisada. Para muchos militantes socialistas la "unidad", pos primarias, no será un proceso espontáneo; pues ésta deberá estar determinada por aquello que se pueda escribir en un programa para gobernar, en el cual tendrán que expresarse con realismo social las prioridades que requieren ser atendidas. Hasta ahora el oficialísimo presenta una mayor unidad, frente a una derecha dividida que torpemente pone en el oído público su adhesión a la dictadura y una gran ambigüedad frente a los atropellos de los derechos humanos.
No es suficiente la historia común que caracteriza a la coalición de gobierno y al socialismo democrático, para ir tras la unidad que permita enfrentar a la derecha con algunas posibilidades de ganar las presidenciales; pues a esto falta incorporar lo que ya hemos dicho, "el programa de gobierno", tarea compleja que pondrá en tensión el espíritu unitario, especialmente si se insiste en privilegiar los temas ideológicos y de poner sobre la mesa, como prioritario, instalar una nueva Constitución. En las próximas elecciones, los socialistas tenemos que ser capaces de presentarle a Chile una alternativa inteligente, realista y con un sello social que garantice mantener los importantes logros que benefician a las familias más vulnerables. Necesitamos impulsar una Reforma Educacional, que cambie el actual modelo de financiamiento, para asegurar su sustentabilidad en el tiempo. Necesitamos, con urgencia, recuperar el liderazgo continental y la confianza en el resto del mundo, impulsando una política internacional que amplíe nuestras relaciones y que permita extender nuestros mercados y lograr establecer nuevas alianzas, orientadas a recuperar la inversión y la productividad, para ofrecer trabajos de calidad a toda una generación de profesionales y técnicos que desde hace rato se encuentran desocupados.
Necesitamos volver a crecer económicamente, pero con la mayor equidad que se pueda conseguir. Estos temas, entre otros, serán las claves de la "unidad" para enfrentar a una derecha sorprendentemente nostálgica con la dictadura y dispuesta a recuperar el ADN del modelo neoliberal
Mario Morales Burgos
Profesor
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