El este de España vive una crisis tras un devastador temporal causado por el fenómeno meteorológico conocido como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que ha dejado un saldo de al menos 95 fallecidos y decenas de personas desaparecidas en la región de Valencia.
Frente a esta catástrofe, el gobierno español ha desplegado casi mil militares junto a bomberos, policías y socorristas para las labores de rescate y búsqueda de sobrevivientes en las áreas más afectadas, como Paiporta y Masanasa, donde los habitantes quedaron atrapados en sótanos y garajes.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, señaló en entrevista con la cadena Telecinco que aún hay muchas personas desaparecidas y que el rescate en zonas anegadas es la máxima prioridad.
A esta declaración se sumaron las palabras del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien admitió que la cifra de muertos podría aumentar debido a las decenas de personas que continúan sin ser localizadas.
Declaración de luto y apoyo a los damnificados
Ante el alto número de víctimas, el presidente Pedro Sánchez declaró tres días de luto nacional en solidaridad con las familias afectadas, garantizando que su gobierno no dejará "solos" a los damnificados. Sánchez hizo un llamado a la población para mantenerse atenta a las indicaciones de las autoridades y reiteró el compromiso del gobierno para atender las necesidades de quienes perdieron sus hogares y pertenencias.
Medidas de ayuda económica en la Generalitat Valenciana
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, anunció un primer decreto de ayudas para los damnificados, el cual se espera aprobar en la próxima reunión de gobierno.
Este paquete inicial de 250 millones de euros incluirá ayudas directas de hasta 6.000 euros por persona, que serán entregadas de forma rápida y sin trámites burocráticos, facilitando así la reparación de viviendas y la reposición de enseres básicos.
Según la agencia meteorológica AEMET, el temporal acumuló más de 300 litros de agua por metro cuadrado en diversas poblaciones durante la noche del martes y madrugada del miércoles, con un máximo de 491 litros en el municipio de Chiva, una cifra equivalente a un año completo de precipitaciones.
Este desastre, el más grave en la región desde las inundaciones de 1973, marca un momento crítico en la historia reciente de España, mientras las autoridades se movilizan para enfrentar la magnitud de los daños y evitar mayores pérdidas.