En su intervención durante la 79ª Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Gabriel Boric abordó la crisis política y humanitaria que enfrenta Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que Nicolás Maduro se autoproclamó ganador.
Boric calificó al régimen de Maduro como una "dictadura" y advirtió que Chile se mantiene vigilante ante la situación en el país caribeño.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para que se promueva una solución política que reconozca el triunfo de la oposición y permita una transición pacífica hacia la democracia.
El presidente también destacó el impacto negativo que ha tenido en Chile la crisis migratoria derivada del éxodo venezolano, señalando que cerca de 800 mil venezolanos residen actualmente en el país. "Chile no está en condiciones de recibir más migración", advirtió Boric, aludiendo a las tensiones que este fenómeno ha generado en diversas áreas sociales y económicas.
En un mensaje dirigido a las autoridades estadounidenses, Boric solicitó el levantamiento de las sanciones económicas impuestas a Venezuela, argumentando que estas solo profundizan la pobreza en la población y no afectan a los líderes del régimen.
"En el sur sabemos que las sanciones no castigan a los dictadores, sino que hunden a los pueblos en la miseria", subrayó.
La crisis venezolana ha empujado a más de 7 millones de personas al exilio, y Boric cerró su intervención reafirmando la necesidad de una solución pacífica y democrática para frenar el sufrimiento de millones de ciudadanos.
