Una trágica historia se conoció este jueves en la comuna de Quilaco donde un menor de nueve años falleció producto de un paro cardíaco mientras era trasladado hasta el Cesfam más cercano, que en este caso, se encontraba a 20 kilómetros de distancia. El pequeño estudiante perteneciente al Liceo Bicentenario Valle de Sol de la misma comuna, había presentado molestias durante el día, sin que se anticipara el trágico desenlace, ya que no tenía patologías previas.
Este hecho no dejó indiferente a nadie, y por lo mismo, Pablo Urrutia, alcalde de la comuna de Quilaco entregó sus condolencias a la familia: “Dios les pueda proveer de fuerza, fe y esperanza, ante la pérdida de un ser tan amado y querido por la comunidad liceana, como asimismo hacemos llegar nuestro sentido pésame a toda su familia, especialmente a sus padres, en estos momento de dolor y tristeza”, se leía en parte de la publicación realizada por el municipio.
A su vez, la autoridad comunal en conversación con diario La Tribuna reiteró la necesidad de tener un médico que preste servicio para casos de emergencia, ya que “el Cesfam de Quilaco es de baja complejidad y funciona con una persona capacitada como técnico en enfermería, y para casos de urgencia se necesita un doctor (...) Junto con otras autoridades estamos viendo la forma de poder solicitar más profesionales al Ministerio de Salud”.
Asimismo, planteó la necesidad latente de mejorar los caminos que, en el caso de Quilaco, se han caracterizado por no estar en un estado óptimo. “Existe un camino interior privado donde vive la familia del menor y ahí como municipio no podemos intervenir, pero sí podemos ver la posibilidad de arreglar los caminos que dependen de nosotros para evitar tragedias como esta”, aseveró el edil.
SÍNTOMAS DE ALERTA
En ese contexto, el equipo de prensa de diario La Tribuna se contactó con Álvaro Puelma, cardiólogo de la Clínica Alemana de Santiago y profesor de la facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo, para conocer algunos síntomas que tutores y padres deben ver como llamados de alerta.
De acuerdo con Puelma, “la muerte súbita en la edad pediátrica es poco frecuente. Las estadísticas dicen que entre un 0,8 a 6,2 de cada 100 mil personas mayores de un año podrían tener muerte súbita (...) El 90 % de estas muertes son de origen cardiovascular, es decir, la gran mayoría de los pacientes tienen un sustrato de enfermedad del sistema cardiovascular”.
En ese sentido, el profesional explicó que para detectar riesgo de muerte súbita existen algunas consideraciones básicas. “Hay que estar alerta cuando un niño que sufra pérdida de conciencia o convulsiones sin síntomas previos. Por ejemplo, un menor realizando gimnasia que cuando corre se desmaya, ese sería un paciente que habría que estudiar. O también, en los casos en que se registren desmayos frente a ruidos muy intensos”, explicó.
Otras alertas o red flags como las denominó el experto, son “cuando el niño, luego de hacer ejercicio, presente dolor en el pecho y tenga dificultad respiratoria (...) Además, si en el grupo familiar hay historial de alguien que haya muerto antes de los 50 años de forma súbita, entonces toda la familia tiene riesgo. Y, por último, hay riesgo cuando haya alguien que tenga una miocardiopatía hipertrófica o síndromes como el síndrome del QT largo”.
Finalmente, en alusión a los lamentables hechos que registró la comuna de Quilaco, el cardiólogo recomendó “desde el punto de vista de la prevención, se deben tener elementos que estén entrenados para hacer las maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar (...) Actualmente en algunos centros existen dispositivos que detectan arritmias y en forma automática hacen un tratamiento. Estos son colocados en lugares visibles para la comunidad como, por ejemplo dentro de los mismos Cesfam”.
