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La Tribuna

Desgarro de garganta por aguantar un estornudo: ¿Qué otras consecuencias evidencian los expertos?

por Nicolás M.

El particular caso de un hombre de 30 años que perforó su garganta al retener un estornudo, motivó a consultar por casos similares en el país.

Salud / BMJ Case Reports / Freepik

Un caso poco común se dio hace pocas semanas en la ciudad costera de Dundee, Escocia. El hecho fue protagonizado por un hombre de 30 años que se perforó la garganta al intentar detener un estornudo. El diagnóstico, un desgarro de 2 mm en la tráquea que lo derivó al hospital local Ninewells.

El particular incidente fue documentado por la revista médica BMJ Case Reports, donde se detalló que los médicos que atendieron al paciente ‘escucharon un crujido al tocarle el cuello y descubrieron que no tenía control de movimiento’. Aunque no requirió intervención quirúrgica, se le recetaron medicamentos para reducir el dolor. Finalmente, al paso de las semanas el desgarro sanó.

Llama la atención que desde la universidad escocesa de Dundee aseguraran que el contener un estornudo genera una presión en las vías respiratorias de hasta 20 veces lo habitual. Una acción que puede provocar lesiones de distinta índole.

CASOS PARTICULARES EN CHILE

En ese contexto, el Dr. Andrés Lanas, otorrinolaringólogo de Clínica Universidad de los Andes, comentó a diario La Tribuna algunos casos particulares que ha recibido en su consulta.

"Cuando uno estornuda se genera una presión importante de la vía aérea (...) No es algo frecuente o de todos los días, pero efectivamente uno ve gente que producto de un estornudo se le genera alguna lesión en el oído interno o incluso sufre una pequeña perforación en el tímpano, a raíz de la presión que se transmite a través de la trompa de Eustaquio hacia el oído medio", explicó el profesional.

Por otra parte, el entrevistado mencionó otras causas que pueden generar un daño similar a lo producido por el estornudo, la diferencia radica en que la presión es exterior, es decir, proviene desde el ambiente en donde se encuentra el individuo.

"Me tocó ver situaciones producidas por estornudos, pero también he visto casos en que un cambio de presión ha generado perforaciones de tímpano, casos como estos se caracterizan porque la presión viene desde afuera, no desde dentro (...) Alguna vez me ha tocado ver casos en que al paciente se le ha producido una fisura del oído interno, de una de las membranas, y produjo un cuadro de mareo de vértigo, pero no son situaciones comunes", aseguró el Dr. Lanas.

¿ME PUEDO PERFORAR LA GARGANTA?

Al hablar del caso del escocés que perforó su garganta al retener un estornudo, el experto fue claro en señalar que se trata de un caso excepcional. En palabras del médico: "En ese tipo de casos suele existir una malformación a nivel de las paredes, alguna debilidad que generó que este aumento de presión produjese ahí una perforación y una fístula de la vía aérea, porque habitualmente la vía aérea está revestida de musculatura y de mucosa".

"Los humanos tenemos varias capas en ese lugar, no es una zona tan delgada como para que se rompa, así que probablemente había alguna otra situación de alguna patología o enfermedad que favoreció esta situación (...) A mí me parece algo completamente excepcional, el sistema humano está preparado para sufrir algunas cosas de este tipo", agregó en conversación con el equipo de prensa.

NO RETENER LOS ESTORNUDOS

A pesar de que una perforación de garganta es algo excepcional, la comunidad científica concuerda en que no se deben retener los estornudos, ya que son una respuesta natural del organismo.

"Lo ideal es no retener un estornudo, por razones de higiene cada uno debería colocarse el antebrazo para no repartir microgotitas con eventuales gérmenes (...) Pero es necesario estornudar porque, de lo contrario, pueden pasar estas cosas que no son frecuentes, pero que de vez en cuando ocurren y son bien molestas (...)  Son recuperables, no son graves, pero generan una molestia en el paciente que en el momento no es menor", planteó el Dr. Lamas.

Ante todo, el profesional llamó a la calma y tranquilidad: "El tímpano tiene una buena capacidad regenerativa, en los casos en que hay un trauma en el oído por cambio de presión suelen ser lesiones pequeñas y el tímpano es capaz de cicatrizar espontáneamente y esa situación se puede extender no más allá de 10-15 días (...) En el caso de los mareos, el sistema también logra compensar este fenómeno y eso tiende a ceder también en un plazo similar de tiempo".

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