Salud

Especialistas entregan consejos al momento de elegir aerocámara para el inhalador

Una aerocámara es clave para usar el inhalador de dosis medida, para manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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Contexto / FUENTE: freepik.es

Falta de aire, opresión en el pecho, tos y sibilancias son los principales síntomas del asma, inflamación crónica de las vías aéreas que afecta a unas 300 millones de personas en el mundo.

Estos síntomas pueden aparecer lentamente o en forma de ataques repentinos, afectando la vida cotidiana de las personas. La dificultad para respirar también es característica de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), junto con la tos, moco y sibilancias.

Si una persona vive con una afección respiratoria crónica, como asma o EPOC, es posible que el médico tratante haya recomendado usar un inhalador de dosis medida, comúnmente llamado puff. Éste es un dispositivo pequeño y portátil que entrega un medicamento en forma de aerosol inhalable, en dosis fijas y medidas.

Su uso requiere de una técnica adecuada para asegurar una entrega efectiva al sitio de acción, ya que "si no se siguen las indicaciones puede haber errores que disminuyen el efecto del medicamento", expresó la directora médica de Abbott, Dra. Milagro Sosa.

Y es que, cuando se trata del manejo de enfermedades respiratorias, la eficacia y comodidad son aspectos fundamentales. 

Al respecto, el kinesiólogo del Instituto Nacional del Tórax, Osvaldo Cabrera, explicó que el principal error en pacientes adultos es no usar aerocámara, creyendo que ésta es solo para los niños.

"El problema es que la vía aérea no es recta, entonces, si administras el inhalador directamente en la boca, el 80% o 90% del medicamento quedará en la faringe, sin llegar a los pulmones, por lo que tendrá muy poco efecto o efectos secundarios indeseables, como el temblor y la taquicardia. Para favorecer la eficacia de los tratamientos, se recomienda el uso de una aerocámara en todo paciente que usa un inhalador de dosis medida".

Kinesiólogo del Instituto Nacional del Tórax, Osvaldo Cabrera. 

CARACTERÍSTICA DE LA AEROCÁMARA

Para el correcto uso de este sistema, especialistas entregaron cuatro características que debe tener una aerocámara para el adecuado manejo del inhalador, a fin de brindar notables resultados en el tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

1. Que sea antiestática

El kinesiólogo del Hospital del Tórax remarcó la importancia de que el material del que está hecho la aerocámara evite la generación de electricidad estática, ya que ésta hace que las partículas del medicamento se adhieran en sus paredes interiores en lugar de llegar a la vía aérea.

"Estas aerocámaras que se ven blancas por dentro, a las que les pasas el dedo y queda blanco, es el fármaco que queda adherido a la aerocámara. Por eso es que, idealmente, una buena aerocámara debe ser antiestática. En caso de no serlo, se debe lavar una vez a la semana con agua jabonosa y dejar secar al aire", remarcó.

2. Que tenga la talla adecuada

El volumen de la aerocámara debe ser el adecuado a la talla de la persona. 

"El ideal es entre 160 y 180 ml. Si bien existen aerocámaras más grandes, de 400 ml, éstas dificultan que las personas puedan transportarlas. Entre 160 y hasta 200 es un promedio adecuado para los pacientes", expresó Cabrera.

Existen distintos modelos de acuerdo a la edad y talla del paciente, lo que permite seleccionar un dispositivo adecuado para cada persona y en cada etapa de su vida. "Un tamaño adecuado apoyará y facilitará la administración de los tratamientos, siempre siguiendo las indicaciones del médico tratante", expresó la Dra. Sosa.

3. Que sea valvulada

Osvaldo Cabrera explicó que es importante que la aerocámara cuente con una válvula que se cierre al exhalar, para retener el medicamento dentro de la aerocámara, evitando que éste sea soplado hacia afuera, y que luego se abra cuando el paciente inhale. "El objetivo es que el aire entre solo cuando el paciente inhale el contenido de la aerocámara", relató.

Los modelos más innovadores cuentan con una lengüeta que se mueve al inspirar, para que la persona cuidadora pueda contar las respiraciones; algo crucial si el paciente es muy pequeño o no está en condiciones de seguir instrucciones. 

4. Que sea universal

Una buena aerocámara permite ser utilizada con cualquiera de los inhaladores que existen en el mercado.

"La aerocámara debe ser usada por todos los pacientes que usan inhalador de dosis medida. Esto ayuda a que entre más fármaco a la vía aérea, que tenga mayor acción, se pierda menos fármaco y la absorción a nivel pulmonar sea bastante mayor", remarcó el especialista. 

Así también, es importante que el diseño permita la correcta dosificación del medicamento, y que funcione con flujos respiratorios bajos, es decir, cuando tenemos baja capacidad de realizar una respiración normal.

¿Cómo es la técnica de uso del inhalador?

El kinesiólogo explicó que se debe comenzar por destapar el inhalador. "Aunque no lo creas, uno ve pacientes que no han destapado el inhalador y lo ponen en la aerocámara", aseguró. 

El siguiente paso es agitar el inhalador durante cinco segundos, y después conectarlo en la aerocámara. La persona debe exhalar todo el aire que pueda, y una vez que empieza una nueva inhalación, se aprieta el inhalador; es decir, se hace el puff.

"La inhalación debe ser lenta, tranquila, profunda. Una vez tomado el aire, debe contenerlo durante 5 o 10 segundos, o lo que pueda. Luego, botar el aire lentamente. Cuando se indican dos inhalaciones, se debe esperar entre 30 segundos a 1 minuto para hacer el segundo puff de la misma forma anterior", explicó Cabrera.

Siguiendo las indicaciones del médico tratante, y usando los dispositivos adecuados, es posible manejar las enfermedades respiratorias crónicas y llevar una vida plena.




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