Desde 1992 que el día 10 de octubre cobró un sentido diferente cuando se instituyó, a nivel mundial, el Día de la Salud Mental. La idea de la iniciativa es generar un espacio para discutir y concientizar sobre ese aspecto de la vida de las personas, y también en la necesidad de ofrecer servicios de apoyo que sean accesibles y eficaces.
La Organización Mundial de la Salud (OMA) define la salud mental como un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Además, lo considera un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.
Las afecciones a la salud mental abarcan trastornos psicológicos, discapacidades sicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva.
En el marco del Día de la Salud Mental, Diario La Tribuna conversó con la asesora de Salud Mental del Departamento Técnico de Atención Primaria de Los Ángeles, la psicóloga Patricia Urrutia Wodehouse, quien detalló las prestaciones disponibles en los Cesfam.
El programa red abarca la atención en salud mental para personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta adultos mayores. Según Urrutia, este programa cuenta con varios subprogramas enfocados en distintos aspectos, como el PASMI, que se dirige a la salud mental infantil.
Respecto a cómo acceder a los tratamientos, la profesional indicó que cualquier persona que se sienta mal o presente síntomas puede acercarse voluntariamente a un Cesfam y solicitar ser evaluada.
Agregó que los profesionales del equipo de salud mental, que incluye asistentes sociales, psicólogos, médicos y terapeutas ocupacionales, evaluarán si la persona necesita una atención más específica.
Sobre los trastornos que pueden ser evaluados y tratados, Urrutia destacó que en los Cesfam se atienden diversos problemas de salud mental y que se cuenta con consultorías para realizar derivaciones acompañadas y análisis clínicos.
Para que las personas conozcan estos beneficios, Urrutia destacó que pueden acceder a terapias, tratamientos, psicoeducación, consejería e intervenciones breves relacionadas con alcohol y drogas.
La psicóloga subrayó la falta de concientización sobre el autocuidado y la preocupación por la salud mental, haciendo hincapié en el abandono de tratamientos en la provincia.
A pesar del mayor conocimiento actual sobre salud mental, la estigmatización y discriminación persisten. Por ello, la profesional instó a las personas a estar más conectadas con su cuerpo y su bienestar emocional.
"Es fundamental estar atentos a señales como fatiga o ansiedad excesiva. Si uno se da cuenta de estos síntomas, es importante buscar ayuda. Aún hay muchas personas que lidian solas con estos problemas, cuando el acompañamiento es clave", afirmó.
Urrutia hizo un llamado a cuidar los hábitos de vida, como mantener una buena alimentación, hacer ejercicio, relacionarse adecuadamente y expresar las emociones, ya que todo esto ayuda a prevenir enfermedades mentales.
Si ya se padece alguna patología, la psicóloga alentó a no perder la esperanza. "No se trata de resignarse diciendo ‘es lo que me tocó vivir’, porque muchas enfermedades mentales tienen tratamiento y pueden ser recuperables si las personas se responsabilizan de su salud".
La concientización sobre la importancia de terminar los tratamientos es crucial para lograr el cambio que cada persona necesita. El riesgo de recaer es alto si no se sigue el tratamiento y no se toma conciencia de su importancia.
"Si están en un tratamiento de salud mental, por favor termínenlo. Que sea un alta terapéutica adecuada, y si no tienen una patología pero sienten que necesitan apoyo, siempre encontrarán ayuda con nosotros", invitó Urrutia.
Cuando los sentimientos, actitudes y pensamientos producen malestar y se vuelven muy intensas o se prolongan en el tiempo, pueden afectar el bienestar y salud mental, interfiriendo en la cotidianidad y funcionamiento saludable, alterando las relaciones interpersonales y salud en general. Pueden presentarse los siguientes síntomas:
− Dificultad para concentrarse, controlar los pensamientos negativos y preocupaciones,
− Perder el interés o la energía vital, tener ideas suicidas.
− Aislamiento, consumo de alcohol y drogas, cambios de humor bruscos, irritabilidad o agresividad.
− Dolores de espalda, cabeza, tensión muscular, problemas intestinales, taquicardia, mareos, dificultad para respirar, dolor de pecho, sudoración e insomnio.
✓ Cuando sienta que está demasiado/a preocupado/a y que esto interfiere en su trabajo, sus relaciones y otros aspectos de su vida.
✓ Cuando su miedo, su preocupación o su ansiedad le causan malestar y le resulta difícil controlarlos.
✓ Cuando se sienta deprimido/a por varias semanas, sin energía para hacer las cosas que generalmente disfrutas, tiene problemas con el consumo de alcohol o drogas, o tiene otros problemas de salud mental.
✓ Cuando tiene pensamientos o conductas suicidas.
✓ Cuando sienta que lo necesita.
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