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El cáncer se origina cuando las células del cuerpo comienzan a crecer de forma descontrolada; las células de casi cualquier parte del cuerpo pueden convertirse en cancerosas y expandirse a otras áreas del organismo.
El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en hombres en países desarrollados y en Chile también tiene la mayor incidencia y es la tercera causa de muerte por cáncer.
En la actualidad, son 576 los pacientes con cáncer de próstata en seguimiento que se atienden en el Complejo Asistencial "Dr. Víctor Ríos Ruiz" de Los Ángeles.
"Su incidencia aumenta con la edad, prácticamente no presentándose en hombres menores de 40 años, y alcanzado una tasa de 1.000 casos por cada 100.000 personas en mayores de 80 años", relató el Urólogo de Clínica Biobío, Dr. Ramiro Vargas.
El especialista detalló que la edad es el principal factor de riesgo al momento de desarrollar esta patología: "La edad media del diagnóstico es a los 72 años, pero hay que iniciar los controles anuales desde los 40 con antecedentes familiares de cáncer de próstata o de mama y a los 45 sin estos antecedentes".
Asimismo, detalló que los factores étnicos pueden incidir en la aparición, con mayor frecuencia, de cáncer de próstata. De esta forma, por ejemplo, hombres de origen afroamericano presentan un mayor riesgo de padecerlo que uno caucásico o asiático.
De igual forma, pareciera ser que el cáncer de próstata afecta más a algunas familias, lo cual sugiere que -en algunos casos- puede haber un factor hereditario o genético.
De esta forma, si el padre, abuelo o hermano de un hombre padecen cáncer de próstata, se duplica el riesgo de que dicha persona padezca la enfermedad.
¿CÓMO SE MANIFIESTA?
De igual forma, los síntomas urinarios asociados a esta patología son producidos por el crecimiento prostático benigno de la próstata, como el ardor al orinar, aumento de frecuencia miccional, dificultad en vaciar la orina, sangrado en la orina, retención urinaria, entre otros, lo que hace consultar a los pacientes.
Sin embargo, "la principal forma de sospechar de un cáncer de próstata es por una elevación del antígeno prostático específico sérico", explicó el especialista.
En este contexto, expresó que -en casos avanzados metastásicos- puede presentar un compromiso del estado general o dolor óseo producto de la metástasis. Esto, "ya que el hueso que el hueso es el principal sitio de diseminación", aclaró Vargas.
El cáncer de próstata constituye el segundo tumor maligno más frecuente en la población mundial masculina con un millón 276 mil 106 casos nuevos reportados durante el año 2018.
El especialista explicó que la tasa de incidencia cruda en hombres de todas las edades asciende a 33,1 por 100.000 habitantes y la tasa de incidencia ajustada a 29,3 por cada 100.000 habitantes.
Durante el periodo 2003 y 2007, la incidencia estimada en hombres chilenos de todas las edades fue de 52,4 por cada 100.000 hombres y la estimación de incidencia por región muestra que las tasas ajustadas más altas se presentan en Los Ríos, con 77,9 por cada 100.000 hombres; Arica y Parinacota, con 72,2 por cada 100.000 hombres; O´Higgins con 69,3 por cada 100.000 hombres; Maule con 67,1 por cada 100.000 hombres; Tarapacá 66,5 por cada 100.000 hombres; Biobío con 63,7 por cada 100.000 hombres y Valparaíso con 63,3 por cada 100.000 hombres
Respecto a la mortalidad, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) reportó dos mil 108 decesos por cáncer de próstata durante 2016, ubicándolo en el segundo lugar de muertes por cáncer en el país, con un 15.4% del total de muertes asociadas al cáncer.
Como es un cáncer asintomático, "lo principal es que los hombres se realicen sus controles anuales sagradamente para poder diagnosticar a tiempo esta enfermedad y poder realizar un tratamiento curativo", expresó el Urólogo.
En este contexto, recalcó que todos los hombres que tengan antecedentes de padre o abuelo con cáncer de próstata o madre con cáncer de mama inicien los controles con su urólogo a los 40 años y se los realicen una vez al año, mientras que aquellos hombres que no tengan antecedentes familiares, inicien sus controles anuales a contar de los 45.
Los tratamientos son variados y dependerán de la etapa en la que sea diagnosticada la enfermedad; éste puede contemplar desde la cirugía hasta la radioterapia y en etapas más avanzadas, se considera la hormonoterapia o quimioterapia.
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