Salud

En verano, hidratarse no es opcional: Consejos clave para cuidar tu salud

Edison Hormazábal, experto de la UDD, advierte sobre los riesgos de la deshidratación y cómo prevenirlos, más aún cuando las temperaturas suben en la época estival.

Aquellos días en que hace calor, la recomendación es beber entre 2 a 3 litros de agua al día., freepik.es
Aquellos días en que hace calor, la recomendación es beber entre 2 a 3 litros de agua al día. / FUENTE: freepik.es

A finales de noviembre, las temperaturas en la ciudad de Los Ángeles comienzan a subir paulatinamente, alcanzando hasta 40 grados durante enero y febrero. En este contexto, la correcta hidratación se convierte en una necesidad fundamental para preservar la salud.

Por eso, mantener un nivel óptimo de hidratación es vital para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

"Las necesidades de agua y electrolitos son tan esenciales como las de nutrientes y energía para cada una de nuestras células".

coordinador del área de Nutrición y Deporte de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo (UDD), Edison Hormazábal.

El cuerpo humano adulto está compuesto por un 65% de agua, mayoritariamente almacenada en la masa muscular junto a moléculas de glucógeno. Además, el agua y minerales como el sodio son componentes esenciales del plasma sanguíneo. Una buena hidratación regula la temperatura corporal, transporta oxígeno, mejora la presión arterial, facilita la remoción de toxinas y contribuye a la recuperación muscular tras la actividad física.

Por el contrario, una hidratación insuficiente puede provocar consecuencias graves como golpes de calor. "Esto ocurre cuando el organismo no logra disipar de manera eficiente el calor absorbido y producido por efecto metabólico", detalló el experto de la Universidad del Desarrollo, quien advirtió que también puede generar desmayos y otros problemas en el sistema nervioso central.

HIDRATACIÓN EFICAZ EN VERANO

Durante el verano, es fundamental aumentar la frecuencia y cantidad de ingesta de líquidos para mantener una adecuada regulación de la temperatura corporal.

Hormazábal explicó que "la capacidad de disipar el calor disminuye considerablemente con el incremento de la humedad ambiental y las altas temperaturas", un riesgo que se agrava en personas que realizan actividad física al aire libre, como correr o jugar fútbol.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir entre 2 y 3 litros de agua al día en condiciones normales, donde el 20% proviene de alimentos y el resto de agua directa. En verano, y especialmente al practicar deportes, es necesario reponer el agua perdida.

Por ejemplo, según el nutricionista, una persona que pierde 800 gramos durante tres horas de trote (equivalentes a 0,77 litros por hora) debería reponer esa cantidad más un 50% adicional para garantizar una adecuada recuperación.

"Si pierdes un kilo debido a la deshidratación, debes beber 1,5 litros para recuperar los valores normales", sugirió Hormazábal, destacando la importancia de establecer horarios para ingerir agua regularmente en lugar de esperar a sentir sed, ya que este último es un indicador tardío de deshidratación.

OPCIONES PARA UNA BUENA HIDRATACIÓN

El especialista también recomendó complementar el consumo de agua con bebidas de frutas, infusiones o isotónicas, especialmente en deportes competitivos.

Durante la actividad física, es ideal consumir entre 500 cc y un litro de líquido por hora, mientras que antes de ejercitarse se sugiere ingerir pequeñas cantidades de agua cada 30 minutos en las dos horas previas.

En definitiva, adoptar un plan de hidratación adecuado no solo mejora el rendimiento deportivo, sino que también protege la salud y previene riesgos graves asociados a las altas temperaturas estivales.

DATOS DE INTERÉS:

- El cuerpo humano adulto contiene un 65% de agua, mayormente almacenada en la masa muscular.

- La OMS recomienda beber entre 2 y 3 litros de agua diaria en condiciones normales.

- Durante el trote, se pierden cerca de 770 cc de agua por hora.

- Un buen plan de hidratación incluye consumir el 150% del peso perdido tras la actividad física.




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