Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, un estudio de Federación Mundial de la Obesidad reveló que más del 34% de la población chilena sufre de esa condición, siendo el 42% de los afectados mayores de 20 años. En el ránking 2025, Argentina, presenta un 39%, y Paraguay y Uruguay, figuran con un 36%.
En ese contexto, el Dr. Marcelo Villagrán, bioquímico y académico de la Facultad de Medicina de la UCSC, señaló que "más del 34% de la población chilena sufre de obesidad, lo que se asocia a un aumento en enfermedades como la diabetes, hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer".
Además, el Dr. Villagrán sostuvo que, pese de que se han implementado iniciativas como el etiquetado de alimentos y alcohol, y programas de promoción de estilos de vida saludables, el impacto de estas condiciones sigue siendo una preocupación central para la salud pública, afectando tanto la calidad de vida de los individuos como la sostenibilidad del sistema sanitario.
La obesidad no solo se trata de un exceso de peso, sino de un trastorno metabólico que puede desencadenar graves enfermedades crónicas.
Considerada como una de las principales causas de enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, continúa siendo un problema acuciante que no entiende de clases sociales.
La educación alimentaria permite a las personas aprender a identificar alimentos nutritivos, controlar las porciones y adoptar hábitos que favorezcan un equilibrio metabólico.
"Además, una intervención temprana, dirigida tanto a la población en general como a grupos vulnerables, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar estas enfermedades y mejorar la calidad de vida a largo plazo", añadió Villagrán.
Para mitigar la incidencia de la obesidad en la población chilena, el Dr. Villagrán es claro al indicar que una de las claves es adoptar una dieta saludable y sostenible en el tiempo para lograr un equilibrio en la selección de alimentos que reduzca las enfermedades y promueva el bienestar a largo plazo.
Además de mejorar la alimentación, el ejercicio físico es esencial. "la actividad física regular, especialmente el entrenamiento aeróbico y de resistencia, ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina y a controlar el peso corporal. Sin embargo, actividades de baja intensidad como la caminata suave, disminuyen el sedentarismo y también contribuyen a prevenir la obesidad y diabetes", señaló el académico.
Otro factor importante determinó, es el manejo del cortisol, la hormona del estrés, esta puede favorecer la acumulación de grasa abdominal y la resistencia a la insulina, advirtió Villagrán. Asimismo, un sueño de calidad y suficiente es fundamental para mantener un metabolismo saludable.
Incluir más frutas y verduras en las comidas diarias, optar por alimentos integrales en lugar de procesados, mantenerse adecuadamente hidratados y reducir el consumo de bebidas azucaradas, que son pasos simples pero efectivos.
En el caso de los niños, el especialista recomienda involucrarlos en la preparación de alimentos y en la toma de decisiones sobre las comidas.
El panorama es aún más preocupante cuando se observa el futuro cercano. Un informe reciente de la Federación Mundial de la Obesidad advierte que, para 2025, más de 14 millones de adultos en Chile vivirán con obesidad.
Este dato coloca a Chile como el país con el porcentaje más alto de obesidad en América del Sur, seguido por Argentina, Paraguay y Uruguay. En total, un alarmante 42% de los chilenos mayores de 20 años son obesos, el porcentaje más alto en la región.
El estudio también destaca que Chile lidera el índice de masa corporal (IMC) elevado entre sus vecinos sudamericanos, con un 83% de adultos con sobrepeso. Esta cifra no solo refleja el impacto de los hábitos alimenticios y el sedentarismo, sino también la falta de políticas públicas eficaces para combatir esta crisis.
![]() |
||||
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
¿Quieres contactarnos? Escríbenos a prensa@latribuna.cl
Contáctanos