La refundación de Los Ángeles y el testimonio Thomas Sutcliffe

Después de la destrucción y abandono de Los Ángeles, Santa Bárbara, San Carlos y Nacimiento en la llamada Guerra a Muerte a partir de 1820, los sucesivos e inestables gobiernos de la naciente república intentaron pacificar el territorio y repoblar. Era una tarea difícil, puesto que demandaba no solo recursos económicos, sino también una política fuerte que permitiera otorgar seguridad a las 30 mil personas que debieron abandonar sus hogares y haciendas al norte del río Laja o bien sobrevivir como amigos o cautivos en las comunidades indígenas de Alto Biobío o al sur del río homónimo.

Con el propósito de pacificar y llegar a acuerdo con los pueblos originarios, se llevó a cabo el Parlamento de Tapihue, cerca de Yumbel, el 7 de enero de 1825, entre el representante del Estado de Chile, el coronel Pedro Barrenechea y los máximos líderes de los butamapus, encabezados por Francisco Mariluán. Allí se acordó, entre otras cosas, reedificar los pueblos destruidos y abandonados; mantener la costumbre de los mapuche de pasar a Los Ángeles a los agasajos y comerciar; respetar los rituales y mantener la paz.

En julio de 1826, el representante del departamento de la Laja en el Congreso General de la Nación, José Antonio Villagrán Castillo, promovió una ley para repoblar campos y centros urbanos. "Siendo la desolada población de Los Ángeles -dice Villagrán- parte integrante de la república chilena, su situación desgraciada llama la atención del Soberano Congreso..., la que en otro tiempo fuera el paraíso de Chile, se halla hoy reducida a la nada". Propone un presupuesto económico para la construcción de una casa consistorial y cuarteles de tropa de línea, con el fin que los vecinos retornen y tomen posesión de sus terrenos y principien a repoblar.

La anarquía política de aquellos años y la pobreza del naciente Estado chileno, impedían una pacificación eficaz. Pero a fines de aquel año el vicepresidente de la república, Agustín de Eyzaguirre, nombra a José Manuel Borgoño general en jefe del ejército del Sur, con la misión de acabar con la banda de los Pincheira y todo vestigio realista atrincherado en las montañas y ultra Biobío. Varios oficiales europeos componían la expedición, entre ellos, su ayudante de campo, el británico Thomas Sutcliffe, quien había formado parte de la Royal Navy y tomado parte activa en las guerras napoleónicas. Sutcliffe llevaba una bitácora que luego transformó en una publicación llamada "Sixteen Years in Chile and Peru, From 1822 to 1839", publicado en Londres en 1841. Otro de los integrantes de estas fuerzas era su compatriota, el coronel William de Vic Tupper, quien también llevaba un diario de campaña. Gracias a ellos hemos podido saber con precisión cuándo y cómo se produce la refundación y reedificación de Los Ángeles.

Sutcliffe explica que la división comandada por el general Borgoño llega a Yumbel y desde allí organiza la entrada a la Isla de la Laja, enviando noticias a las diversas parcialidades indígenas, con el fin de reunirse y parlamentar. El más importante de estos líderes era Francisco Mariluán. Luego de unos días ingresan por el paso de Tarpellanca hasta la hacienda La Palma, cuyas casas se mantenían intactas, ya que su dueño, Lorenzo de la Maza, había sido un influyente realista y era conocido por los mapuche como "el Taita". Desde allí atravesaron el río Huaqui y luego el Biobío, hacia Nacimiento donde llegan el día 24 de marzo, restableciendo la autoridad para su reedificación.

A las 4 de la tarde del día 25 entran en Los Ángeles; "alguna vez la ciudad principal de la frontera -apunta Sutcliffe-, ahora un montón de ruinas. El señor de la Maza había levantado cobertizos para nuestra recepción, pero la lluvia me obligó a buscar un refugio más seco, y en compañía del teniente coronel Tupper, pasé la noche en un horno, que con suerte había quedado intacto, entre las ruinas de una casa perteneciente al general Bernardo O’Higgins".

Le llama la atención la buena factura de los edificios de ladrillo del destruido pueblo. "Colocamos un cuerpo de caballería para protegerla y repoblarla, llamando a los emigrantes de las otras provincias para que regresen", además de un sacerdote de apellido Ruiz. Se marchan al día siguiente rumbo a Antuco, comenzando así la reedificación de Los Ángeles, ciudad que antes de su destrucción tenía 5.000 habitantes, un fluido comercio con los pueblos originarios y campos productivos.

En febrero del año siguiente Sutcliffe regresa y comenta: "Encontré muchos colonos y fue espectacular ver los nuevos edificios emergiendo de las ruinas". Gracias a sus apuntes, sabemos que el 25 de marzo de 1827, se realiza la refundación de Los Ángeles, después de 6 años y 6 meses de abandono, con el entusiasmo y esperanza de sus desterrados habitantes.