Alfarería de Nacimiento: "La arcilla no defrauda jamás, porque tiene la nobleza de la tierra"

Tras dedicarse por más de 25 años a trabajar en la gran industria, Moisés Barra decidió renunciar a ello y comenzar a dedicarse de lleno a la alfarería.

Su padre siempre tuvo un taller casero por lo que reconoce haber nacido en el ambiente de la alfarería, en la comuna de Nacimiento.

Las circunstancias de la vida lo llevaron a dedicarse –por mucho tiempo- a otras cosas distintas a las que realiza actualmente.

Hace diez años, aproximadamente, que está dedicado a tiempo completo a la alfarería. “Abracé el oficio de mi padre; ahora estoy a tiempo completo en esto y creo que ha sido lo mejor que me ha pasado”, sostiene Barra.

Dentro de sus motivaciones está el tema de cercanía con su padre; “en la última época de su vida estuve con él a tiempo completo, me involucré en un 100% y le encontré sentido cuando él me decía que me impregnara de la cerámica”, relata Moisés.

Reconoce que es un oficio que le encanta. Su padre siempre le inculcó el llenarse de pasión; en ese tiempo no lo entendió, pero ahora que se dedica a tiempo completo a la alfarería se da cuenta de que es reconfortante.

“Mi padre siempre decía que la arcilla no defrauda jamás, porque tiene la nobleza de la tierra. Espero que mucha gente abrace el tema de la cerámica porque una vez que a uno lo atrapa no la suelta más”, relata Barra.

PROCESO DE FABRICACIÓN

Moisés reconoce que este oficio se aprende -primero- con las ganas y tiene que necesariamente gustarle porque se trata de un oficio que trasciende a los gobiernos y a los tiempos.

“A este oficio hay que quererlo porque también hay temporadas que son medias malas, pero con el amor al oficio se puede mantener”, relata Barra.

Asimismo, expresó que no es un oficio que se aprenda de forma automática, ya que hay que quererlo por sobre todas las cosas.

Para comenzar será necesario traer la arcilla de las minas de Nacimiento; la comuna se caracteriza por tener arcilla de buena calidad.

Posteriormente, explica Barra, se remoja en unos estanques para después pasarla por una laminadora a fin de triturar todas las partículas moldeables. Una vez que la arcilla está tratada de forma mecánica, pasa a los hornos y se comienza a fabricar lo que son las piezas.

El proceso de fabricación de una pieza no es algo mecánico; “en un comienzo puede ser un poco frustrante porque la técnica no se aprende muy rápido, requiere mucha práctica, pero una vez dominada se puede hacer cualquier cosa. El tiempo se encarga de perfeccionar los volúmenes para hacer una pieza lo más esparcida posible”, explica Barra.

El tiempo que tome fabricar una pieza dependerá del tamaño que ésta tenga. Hay piezas que demoran 30 segundos en ser fabricadas, que son las más pequeñas; las más grandes pueden demorar un par de horas.

Una vez fabricada la pieza es necesario esperar a que se seque de forma natural; este proceso tiene que ser lo más natural posible.

Apurar los tiempos en cerámica nunca ha sido bueno, ya que si no se respeta, se corre el riesgo de que pueda romperse.

Una vez creada, la pieza va a un horno cuya temperatura fluctúa entre los 800 y 1000 grados para que ésta pueda transformarse en cerámica.

El tiempo de secado también será variable ya que dependerá de la estación. En el verano, las piezas se secan muy rápido y hay que protegerlas del calor; en invierno, hay que protegerla de las heladas y su secado puede ser muy lento, pero en promedio varía entre dos y tres días.

VENTAJAS COMPARATIVAS

Nacimiento ha sido reconocida por ser una comuna alfarera. Universidades regionales han demostrado que –comparativamente hablando- la arcilla que puede encontrarse en esta ciudad es la mejor a nivel nacional.

A ello hay que sumarle la alfarería como oficio ancestral; se trata de una actividad que se viene forjando hace mucho tiempo y Nacimiento ha logrado ser reconocida por estas características.

Dentro de las ventajas comparativas que hacen de Nacimiento una comuna alfarera está un hecho muy simple pero no menos importante, y es que en cada evento realizado en la ciudad, está este sello alfarero que hace sentir orgullo a quienes forman parte de ella. Todo como una manera de promover a cada uno de los que se atreven y mantienen esta tradicional labor.

“Para la comuna en general, el oficio de alfarero es de alta importancia ya que reviste un sello identitario que tenemos como comuna al tener un amplio número de expositores alfareros, muchos de ellos -incluso- ya fallecidos”, relata el coordinador de la Unidad de Desarrollo Económico de la municipalidad de Nacimiento, Claudio Clavijo.

Todos ellos rescatan este patrimonio local, considerando que tienen una ventaja comparativa en la arcilla, agregando valor a cada pieza que los alfareros realizan.

“El municipio, por cierto, se hace cargo de esa ventaja comparativa y los apoya en asistencia técnica, en orientación para poder trascender en producto, en diseño, en comercialización y llegar a mercados que, individualmente, es un poco complejo llegar”, relata Clavijo.

Clavijo agrega que los alfareros también apoyan todas las fiestas locales y fiestas costumbristas, con exposiciones in situ donde se invita a la comunidad a crear piezas.

Todo ello, con la finalidad de que reconozcan el sello que tiene Nacimiento, como comuna alfarera.