Un día de incertidumbre política en la provincia de Biobío

La semana pasada tuvimos un conflicto político de proporciones entre la gobernación provincial y la intendencia del Biobío. Las razones: una desprolija actuación frente al censo, en donde Los Ángeles fue una de las zonas más desorganizadas del proceso en toda la región.

Esta situación generó una disputa entre las autoridades de gobierno, Luis Barceló y Rodrigo Díaz, que terminó finalmente con la presentación de la renuncia del gobernador a la Presidenta de la República.

La prensa, por su parte, se enteraba de los pormenores y detalles que entregaban off the record los cercanos a las distintas autoridades, que finalmente daban certezas en sus versiones del irremediable quiebre político entre ellos.

Lo acontecido con posterioridad es algo que no es difícil ver en el apoyo a una autoridad. Con el correr de las horas del viernes, decenas de dirigentes entraban y salían del edificio para darle su respaldo a la autoridad sin importar los motivos –el censo 2017–, ya que han visto en Barceló –según las propias palabras de los líderes sociales–, a una persona gestionadora, diligente, honesta y proba que siempre ha hablado con sinceridad. Incluso el diputado Roberto Poblete se acercó al edificio para intentar calmar las aguas y echar para atrás la decisión de Barceló.

El ambiente en la oficina del tercer piso era de profunda emoción. Los dirigentes llegaban hasta las lágrimas para rogarle a la autoridad que desista de su decisión, y fue tanto que finalmente la autoridad dijo que iba a evaluar durante el fin de semana su decisión y que el lunes definiría lo que iba a pasar.

Hoy llegó ese día y la incertidumbre de las primeras horas de la mañana será parte de la agenda.

¿Se va o se queda Luis Barceló? Si decide quedarse en el cargo, y con el diálogo quebrado con la intendencia, ¿qué certeza tiene la comunidad de que el gobernador podrá continuar gestionando proyectos y recursos para la zona, si perdió la relación con quien puede conseguirlos?

Y la última y quizás más preocupante de todas las preguntas: si se va Barceló, ¿la autoridad que llegue será capaz de poder continuar una de las gestiones más valoradas del último tiempo en la provincia de Biobío?