A 12 años de la Tragedia de Antuco&

Por: Fernanda Jofré Villalobos, Técnico en Turismo, Licenciada en Historia / Las Canteras, Quilleco

Desde hace algunos años ha surgido una nueva clasificación de un periodo de la historia, conocemos algunas y sabemos a qué se refieren o los años abarcan: la prehistoria, historia Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Contemporánea, sin embargo, desde Francia se comienza a trabajar con uno nuevo denominado: Historia del Tiempo Presente. Este ha sido poco utilizado en la historiografía.

Aunque no existe un acuerdo específico sobre los años que abarca, algunos historiadores plantean que iría desde la Revolución Francesa hasta la Segunda Guerra Mundial, otros (como Eric Hobsbawn) sugieren que hace alusión al periodo comprendido en el alcance de una vida humana, el historiador francés Bédarida indica que el “Tiempo Presentecorresponde al 'tiempo de la experiencia vivida', es decir, el tiempo en el que además de testigos "presénciales" hay una memoria viva y por tanto oral”. Estas son sólo algunas de las variadas definiciones para Tiempo Presente. Hay muchos acontecimientos que han pasado en nuestro país y que se podrían trabajar bajo esta lógica, pero hoy vamos a recordar un hecho que ocurrió hace 12 años atrás y que tuvo como escenario a comunas de la provincia de Biobío.

El año 2005 marca un antes y un después en la Historia Militar de nuestro país, en la comuna de Antuco sucede un hecho lamentable que enluta a todo Chile, ocurre la “tragedia más grande del Ejército en tiempos de paz”; 44 conscriptos y un sargento segundo del Regimiento Reforzado Nº 17 de Los Ángeles pierden la vida en una marcha que realizaban como parte del entrenamiento militar en los faldeos del volcán Antuco, las condiciones climáticas eran adversas, lo que los lleva a verse envueltos en una tormenta de nieve conocida comúnmente como viento blanco.

Esta Tragedia se puede analizar bajo distintas ópticas, desde países vecinos se pueden leer comentarios donde se burlaban de nuestra institución castrense al sufrir tantas bajas en sólo un entrenamiento, para ellos esto era un claro ejemplo de lo que podría suceder ante un posible enfrentamiento bélico lo que les significaría un escenario favorable; por otro lado tenemos al Ejército, una institución consolidada desde 1810, que actúa como garante de mantenimiento de la soberanía e integridad territorial, que año a año se le inyectan recursos para que puedan estar equipadas de manera adecuada y cumplir con su rol, una institución altamente jerarquizada y regulada a través de un sinfín de leyes, decretos, reglamentos, etcétera, muchas de ellas con carácter de “reservado”, y que en esa jornada de 18 de mayo del año 2015 realizan una serie de negligencias (ropa que portaban los conscriptos no era la adecuada, no se respetó la alerta temprana emitida por la Onemi el 16 de mayo, no se cumple la planificación de la marcha, que indicaba que la duración máxima del recorrido debía ser de 85 minutos, una distancia no superior a 5km, con 7 kilos de peso máximo y todo ello en condiciones atmosférica normales), por otro lado tenemos al aparato estatal que hasta el día de hoy no ha cumplido todos los acuerdos con los familiares de las víctimas y sobrevivientes. Están los sobrevivientes, muchos de ellos aún tienen secuelas físicas y psicológicas y cómo no? Si una experiencia así difícilmente se puede olvidar, bien lo saben ellos y las familiares de las víctimas que, aunque pasen los años los recuerdos, el dolor, pero también el amor los acompañaran día a día.

Nos faltaría tiempo y hojas para poder seguir redactando y analizando, un hecho así debería estar en todos los libros de Historia. El llamado principal es a no olvidar porque, aunque hayan pasado 12 años aún hay familias que sufren, sobrevivientes que tienen secuelas y deudas pendientes con ellos.