Regístrate Regístrate en nuestro newsletter
Radio San Cristobal 97.5 FM San Cristobal
Diario Papel digital
La Tribuna

Conoce cómo tratar las distintas dolencias musculares al hacer deporte

por Sebastián Díaz

Siempre es importante saber qué acciones tomar en caso de lesiones, lo primero es saber ante qué tipo de dolencia se está.

18-05-2017_17-27-5821.1 /

Casi todos hemos sufrido alguna vez una lesión mientras practicábamos alguna actividad física. Dependiendo del tipo y gravedad experimentamos unos síntomas molestos, o realmente dolorosos. En la jerga médica y deportiva, a las lesiones que se producen durante la práctica deportiva se les conoce con el nombre de lesiones agudas.

Si queremos que nuestra lesión progrese de la mejor manera, deberemos actuar lo antes posible. Hay un primer proceso en el que, en la mayor parte de los casos, los especialistas como el médico o fisioterapeuta no están presentes. Por tanto, seremos nosotros los que deberemos actuar. Existen unas directrices para intervenir tras una lesión aguda durante la práctica deportiva, que, en gran medida, evitarán que nuestra lesión se agrave más. Es sólo un sencillo procedimiento que se tiene que llevar a cabo, para luego poder ser evaluados por un especialista, que nos recomendará un determinado tratamiento.

Este procedimiento para intervenir en las lesiones agudas se llama principio PRICE.

La terminología de “PRICE” hace referencia a:

PROTECTION (PROTECCIÓN)

Para evitar una lesión posterior, evitar agravar la lesión actual, y reducir el flujo sanguíneo a la zona lesionada (puede ser 10 veces mayor durante la actividad deportiva que en reposo). Es importante impedir la actividad de inmediato, porque aunque la lesión sea en la muñeca, y no la necesite para el ejercicio que estás haciendo, se inflamará de forma drástica. Si la lesión es en el tren inferior, es aconsejable el uso de muletas y no apoyar en carga durante 48 horas (2 días).

REST (REPOSO)

Su utilidad es la misma que en el caso anterior.

ICE (HIELO)

Su principal efecto es analgésico, es decir, alivio del dolor. Para que disminuya la irrigación (efecto antiinflamatorio) es necesario que se lleve a cabo durante un periodo de tiempo concreto. En 10 minutos el flujo sanguíneo sólo baja de un 5% a un 10% (a 2 cm por debajo de la piel). Pero se reduce más del 50% con un periodo de media hora. Por tanto, sólo hielo es insuficiente para evitar el riego sanguíneo en los primeros y cruciales minutos posteriores a la lesión. La recomendación es que se puede repetir a intervalos de 20 minutos cada 3 o 4 horas durante las primeras 48 horas.

COMPRESSION (COMPRESIÓN CON UN VENDAJE)

La compresión con un vendaje elástico de la zona lesionada es la medida más importante para limitar la formación del hematoma. Su efecto es que aumenta la presión sanguínea reduciendo el aporte sanguíneo, en cerca del 95% en pocos segundos (en reposo), durante el ejercicio la presión es mayor que en reposo, pero aun así, el flujo sanguíneo en esa zona es del 0 al 10% del flujo normal. Lo ideal sería colocar el hielo en una bolsa o tela, y colocar el vendaje por encima del área lesionada y de la bolsa de hielo.

ELEVATION (ELEVACIÓN DE LA PARTE DEL CUERPO LESIONADA)

Es otra medida muy importante, pero sobre todo para lesiones de extremidades distales, es decir, tren inferior. La zona tiene que estar como mínimo a 30 cm por encima del nivel del corazón. A los 50 cm, de elevación, el riego disminuye al 80%, y con 70 cm, es alrededor del 65% del flujo sanguíneo normal. Es recomendable elevar la extremidad los dos primeros días cuando el paciente este acostado o sentado. Es decir, no vale estar sentado en una silla, y poner el pie en otra, el nivel del corazón está bastante por encima que el del pie. Lo ideal es estar acostado en la cama con el pie en una silla encima de la cama. Es grotesco, pero es lo más funcional.

Otro consejo importante, es, tener siempre a disposición, expendedoras de hielo, agua fría, bolsas descartables (las que responden a un golpe en seco, y por reacción química comienzan a congelarse), en aquellos lugares en los que se suela realizar entrenamientos de forma regular. Cuanto antes se apliquen estos métodos, mejor será la recuperación.

TIPOS DE LESIONES

Las lesiones deportivas ocurren tanto en la actividad física recreativa como en la competitiva, por ende siempre hay que estar prevenido durante esas dos instancias.

Se pueden padecer distintos tipos de lesiones por medio de la actividad física: las lesiones agudas y crónicas, las lesiones por sobrecarga y por mala técnica.

AGUDAS: Las agudas aparecen en el momento, al lastimarse algunos de los componentes del aparato motriz u osteoarticular (músculos, tendones, huesos, articulaciones y ligamentos) debido a un mal movimiento, que podría ser demasiado brusco, un traumatismo o un accidente. Las lesiones más frecuentes son los esguinces en general (cuando una articulación sobrepasa el rango de movilidad normal), ejemplo: esguince de tobillo, también tenemos los desgarros musculares, la luxación articular (cuando una articulación pierde su congruencia articular). Generalmente en las lesiones agudas aparece edema (hinchazón), hematoma (sangre), dolor en las zonas afectadas e impotencia funcional (imposibilidad de seguir realizando la actividad deportiva).

CRÓNICAS: Las lesiones crónicas se producen cuando el límite de tolerancia del tejido muscular, óseo, tendinoso o ligamentoso (osteoarticular), se sobrepasa debido a la reincidencia de sobrecargas en los trabajos de entrenamientos o en las diagramaciones de las competencias, a menudo erradas o mal planificadas (sobrecargar la agenda de competencias).

SOBRECARGA: Las lesiones originadas por sobrecarga aparecen cuando un tejido es sometido a un trabajo submáximo, pero de forma repetida.

Cuando este ejercicio afecta a alguna zona específica, muscular, ósea o tendinosa, el tejido acaba por adaptarse en respuesta al esfuerzo que se le exige. Sin embargo, si se sigue repitiendo el ejercicio y no se permite una recuperación adecuada, un tiempo de descanso, pueden aparecer microtraumas y comienza la respuesta inflamatoria con liberación de enzimas y sustancias vasoactivas que dañan el tejido a nivel local.

Más adelante, el microtrauma evoluciona y provoca cambios de tipo degenerativo que conducen a estados de debilidad, pérdida de elasticidad y dolor crónico.

Como ejemplos de lesiones por sobrecargas podemos nombrar, las fatigas musculares con sus contracturas, las tendinitis (los extremos de los músculos terminan en los tendones, que son los que, al contraerse el músculo, generan el movimiento. Cuando el tendón se usa en exceso se puede producir un proceso inflamatorio, es lo que se conoce con el nombre de tendinitis.), la inflamación del pubis "pubialgias", las fracturas por estrés en los huesos de las piernas en corredores de larga distancia (falta de descanso), el llamado codo de tenis "epicondilitis", el codo del golfista "epitrocleitis". Las lesiones agudas se ven en los deportes de contacto como fútbol, básquet, rugby, hockey y semejantes.

Síguenos: Google News
banner redes
banner redes banner redes banner redes banner redes banner redes

¿Quieres contactarnos? Escríbenos a [email protected]

Contáctanos
EN VIVO

Más visto