Hay que cuidar a las abejas

El rubro apícola está pasando por una profunda crisis, en donde el Estado no está reaccionando como debiera. Las abejas se están muriendo, y por otra parte, el Gobierno está elaborando un proyecto de ley que los propios apicultores han catalogado como injusta, que no protege a este preciado insecto.

La provincia de Biobío se caracteriza por su producción agrícola, la que en parte, depende de la polinización de las abejas. No obstante ya son innumerables las denuncias sobre malas prácticas de algunos agricultores, que han propiciado la desaparición de innumerables colmenas: un problema nacional.

La reproducción de muchas especies botánicas depende directamente de estos polinizadores. Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse o para producir miel, transfiriendo además, las semillas.

Teniendo en cuenta el papel que juegan las abejas en el proceso de polinización cruzada, se entiende la importancia que tienen en la biodiversidad del cultivo y en la agricultura. De hecho hay estudios que afirman que un tercio de la alimentación que consumimos diariamente es producto de la polinización de abejas.

Las prácticas de la agricultura industrializada, tales como la monocultura y el empleo de los pesticidas y los herbicidas, están llevando a cabo la pérdida de hábitats de las abejas y, a largo plazo, también contribuyen al cambio climático.

Para poder asegurar la supervivencia de las abejas, y otros polinizadores, se deberían implementar políticas enfocadas a los sistemas de cultivo, algo que como expresan todos los apicultores que he entrevistado, no contiene la ley impulsada por el Gobierno.

Las autoridades y los políticos muy pocas veces se enfocan en proporcionar las condiciones óptimas para un crecimiento sostenible, como por ejemplo, crear un ecosistema de diversos hábitats, basándose en la rotación de cultivos para controlar plagas y favorecer a las abejas.

Y la verdad es que como ciudadanos también podemos aportar a fortalecer la sustentabilidad y la economía de la provincia, consumiendo productos ecológicos, locales y de temporada, para apoyar al sistema de agricultura ecológica.

Y una manera de también de apoyar a los apicultores cercanos es comprar sus productos provenientes de la colmena, que incluyen la cosmética de cera, miel, propóleo y jalea real, para apoyar la crianza sostenible de abejas.

En las páginas 6, 7 y 8 de este mismo Diario, podrán encontrar además, una visión completa del problema que está teniendo la apicultura nacional, en un trabajo conjunto con la periodista Alejandra Sánchez, donde queda de manifiesto la importancia de las abejas en el mundo y la poca preocupación que existe en Chile al respecto.

Víctor Contreras

Periodista La Tribuna

M.A. Universidad de Friburgo