¿Cómo abordan el momento actual de la iglesia los colegios cristianos de Los Ángeles?

“Dejemos de ayudar y ayudemos a generar sociedad donde la cultura del abuso no encuentre espacio para perpetuarse. Exhorto a todos los cristianos y especialmente a los responsables de Centros de formación educativa terciaria, educación formal y no formal, centros sanitarios, institutos de formación y universidades, a mancomunar esfuerzos de las diócesis y con las sociedad civil, toda para promover lúcida y estratégicamente una cultura del cuidado y protección. Que cada uno de estos espacios promueva una nueva mentalidad”.

Este es un extracto de la carta que el Papa Francisco envió a los chilenos, la que se remite “Al pueblo de Dios que peregrina en Chile”. Esto referente a los caso de abusos ocurridos en el país.

Párrafos en los que hace un llamado directo a los establecimientos educacionales cristianos a tratar el tema y crear una nueva mentalidad en la sociedad.

Y es en este punto que La Tribuna quiso conocer cómo ha sido el manejo de los establecimientos católicos con relación a la polémica de abusos en la que se ha visto envuelta la iglesia.

Una de las fundaciones católicas emblemáticas de Los Ángeles es Juan XXIII, que con más de 40 años de existencia cuenta  con 8 colegios en la provincia.

Al respecto a cómo abordan el mensaje del Papa Francisco en los establecimientos educacionales, tras los casos de abusos sexuales que tiene en crisis a la iglesia católica, el padre Pedro Mieres, vicario para la educación de la Fundación Juan XXIII, explicó que hoy abordan el momento actual con charlas, grupos de reflexión, cursos, seminarios. Trabajo que realizan con todas las comunidades educativas.

“Aparte de todo lo que tiene que ver en general con la planificación escolar, tenemos un área de orientación la que tiene que ver con todos los protocolos, tanto de agresión y abuso, que el Ministerio de educación ha normado, por lo que hay una serie de protocolos que exigen para todos los colegios”.

A ello, el vicario episcopal añadió que “aparte de eso, nosotros estamos en un proceso ahora de capacitación, el año pasado capacitamos a gran parte de los asistentes de la educación, ahora en vacaciones de invierno lo haremos con el resto de los asistentes, y a fin de año vamos a trabajar con todos los docentes en prevención de abusos, respecto a cómo generar espacios que sean sanos y seguros para todos nuestros niños y jóvenes, y eso lo hacemos con un organismo que es la Comisión Nacional de Prevención de Abusos de la Conferencia Episcopal”.

ESPACIOS SEGUROS Y SANOS

Del mismo modo, el padre Pedro manifestó que “antes que suscitara todo esto, nosotros ya estábamos trabajando  en el tema de generar espacios seguros y sanos para nuestros jóvenes y niños, eso sí lo hemos estado trabajando, yo creo que no ha sido como algo reactivo, si no que ya se estaba implementando en nuestros colegios”.

Asimismo, agregó que se espera implementar una instancia fija para responder las dudas específicas de los alumnos con respecto a la polémica situación de la iglesia católica.

ATREVERSE A DENUNCIAR

Consultado sobre la relevancia que tiene tanto para alumnos, como profesores, y toda la comunidad educativa denuncien algún tipo de abuso sexual, no tan sólo por parte de algún sacerdote, sino que cualquier persona.

El padre Pedro Mieres, explicó que “eso siempre ha estado presente, todos nuestros funcionarios tienen eso absolutamente claro, que quien no denuncia, finalmente se hace también cómplice, o  encubridor. Eso lo tienen absolutamente claro todos, desde el auxiliar hasta el director”.

LA CARTA AL PUEBLO DE DIOS

Finalmente, el vicario episcopal encargado de la Fundación Juan XXIII, puntualizó que “algunos de nuestros colegios, en uno de los cuatro consejos de profesores del mes al abordar temas de formación cristiana (pastoral), ya ha sido presentada y dialogada la carta al Pueblo de Dios que peregrina en Chile, también se ha trabajado con apoderados de algunos colegios la carta y se está preparando una actividad con alumnos”.

“De todos modos, siempre ha sido una ocupación de esta fundación generar espacios sanos y seguros para nuestros niños y jóvenes”, concluyó el padre Pedro Mieres”.