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La Tribuna

¿Está CMPC Celulosa abandonando a la comunidad de Laja?

por Pia Salcedo

En 2014 se anunció el cierre de uno de los colegios más exitosos de la provincia, el San Jorge, establecimiento que año a año lidera los rankings SIMCE Y PSU.

Hace unos días, trabajadores denunciaron a La Tribuna, que en enero tuvieron que comenzar a desocupar las viviendas que les proporcionaba la compañía, por razones económicas.
Finalmente, los afectados informaron que se cerró el club de campo, lo que en definitiva evidenciaría que un retiro de la inversión en la comuna.

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Para comprender al gigante CPMC, es importante señalar que es una de las empresas más exitosas de Chile, y que fue fundada en 1920. Actualmente, es controlada con cerca de 56% de la propiedad, por el Grupo Matte, uno de los mayores conglomerados empresariales de Latinoamérica.

CMPC es una sociedad anónima abierta, cuya capitalización de mercado supera los US$ 5.700 millones y que según sus propias cifras, emplea a alrededor de 8.900 personas en Chile y a otras 7.000 en sus filiales en Brasil, Argentina, Perú, Uruguay, Colombia y México.

Según la memoria anual del 2014, el EBITDA (el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros) alcanza a US$985 millones.

Sin embargo, la comunidad se ha manifestado decepcionada, debido a que la empresa, que creció junto a ellos, actualmente, muestra evidentes señales de retiro en la inversión social que realizaban en la zona, tales como el cierre del Colegio San Jorge, la demolición de las viviendas que daban a sus trabajadores y el cierre del conocido Club de Campo.

EN TERRENO

Ante el reiterado llamado de la comunidad y trabajadores que anónimamente – por temor a represalias – acusaron los hechos, el equipo de prensa de La Tribuna, se trasladó hasta la comuna de Laja, para hablar con los protagonistas que están sufriendo el cierre de su colegio,así como el difícil proceso de abandonar la vivienda; espacio en quehabitaron durante más de 40 años y donde vieron crecer a sus hijos oentablaron amistades entrañables con sus vecinos.

Llegar a la comuna lajina, es un asalto a los sentidos. Si más de alguien se quedó dormido; entre el trayecto de Millantú- Laja, el fuerte olor de la empresa despierta a cualquiera. El hedor es ácido, agrio y en ciertos lugares llega a marear, sobre todo para quienes no estan acostumbrados.

Llegar al sector de las viviendas de los trabajadores, hace rememorar una ciudad fantasma.Casi el 90% de las casas ya no tiene moradores.El silencio reina, y solo un par de estufas evidencian que aún quedan unas cuantas familias, que sin embargo, prontamente deberán dejar sus viviendas.

Intentar hablar con los trabajadores es un desafío sin éxito, tienen miedo, temor a ser despedidos, a “meterse en problemas” y solo al escuchar el nombre de La Tribuna, se rehúsan a expresar sus sentimientos ante los hechos. Solo entregaron algunas opiniones bajo secreto de fuente en que lamentan lo que está ocurriendo.

Por su parte, entre las esposas existen versiones encontradas.Mientras una señala que todo esto es un “proceso natural”, niega dar la entrevista por medio a represalias a su marido.

Otra mujer, quien también solicitó resguardo de su identidad, entre nervios y ganas de desahogarse, accedió a informar su experiencia por los hechos. Lo primero que señala al darnos el ingreso a su casa, es excusarse por las condiciones de ésta. “Disculpe, como que le hemos perdido cariño a las casa, ya no las cuidamos, no tiene caso, así que nos hemos dejado estar en la mantención”.

Con resignación y entereza, nos explica que deben dejar la vivienda. “Nosotros tenemos un plazo para dejar la casa, nos avisaron el año pasado, pero por los rumores, esto se veía venir, pese a eso, estamos resignados, con tristeza, ya que este lugar es muy bueno, es como vivir en una burbujita.Mi esposo trabaja en la planta y a la hora de almuerzo viene a la casa, mis hijas que van al colegio, caminan dos pasos y llegan.Mis vecinas siempre fueron simpáticas y entre todos nos conocíamos”.

Explicó que la confianza entre los vecinos, era tal, que dejaban ventanas abiertas. “Durante muchos años la seguridad no era tema para nosotros, yo salía de la casa y no me preocupaba si las ventanas estaban abiertas o cerradas, los niños dejaban sus bicicletas en el ante jardín y no pasaba nada, en definitiva, vivir aquí tenía muchísimos beneficios que ahora estamos perdiendo”.

Reseñó, que lo nuevos directivos ven a los trabajadores y sus familias como una cifra. “Antiguamente, los directores y los ejecutivos que venían de otros lados como don Ernesto Ayala, nos veían como personas, se preocupaban de nuestro bienestar, y al parecer los ejecutivos más jóvenes, nos ven como una cifra, como un costo y del cual la empresa no debe o no puede asumir, idea que por un lado la acepto, ya que comprendo que los tiempos han cambiado, pero sin embargo, es difícil, es duro cambiar esta realidad”.

INMINENTE CIERRE DEL COLEGIO SAN JORGE

Durante los últimos años, se había vuelto un rumor a los cuatro vientos entre los alumnos y la comunidad, el posible cierre del colegio, así como su cambio a particular subvencionado. Todas las dudas quedaron disipadas durante los primeros días de febrero del año pasado, cuando se informó oficialmente que ya no recibirían nuevos alumnos, es decir, que no matricularían más estudiantes. Este fue un balde de agua fría para los cientos de alumnos y familias, que se sientes orgullosos de los altosrendimientos que han destacado al colegio, no tan sólo a nivel local, donde acostumbran a ocupar los primeros lugares, sino que constantemente logrando  sobresalir a nivel regional y nacional.

Jorge Muñoz, ex apoderado del establecimiento, explicó a La Tribuna que el cierre del colegio fue una noticia muy rechazada. “Yo tenía dos hijas en el colegio, una de ellas ya egresó de cuarto medio, y la segunda que me quedaba en séptimo, debí retirarla a raíz del anuncio del cierre, lo cual fue una noticia muy desagradable, intentamos dialogar para revertir eso, pero la decisión no estaba en nuestras manos”.

Rememoró que en el verano del 2014, todo se tornó con mucha incertidumbre. “Estuvimos muy intranquilos lo que se evidenciaba en todas las reuniones que teníamos los apoderados, porque tras el colegio de un alumnos hay un trasfondo de planificación familiar, entonces nos cambiaron completamente nuestro esquema que constantemente gira en torno a la mejor educación para nuestros hijos”.

Acusó que CMPC está abandonando un proyecto exitoso. “El colegio San Jorge se ha caracterizado por ser uno de los mejores colegios de Chile, no tanto a nivel regional, sino que nacional, ha tenido resultados increíbles, entre el contexto general y CMPC está haciendo abandono de esta propuesta educativa que han mantenido durante muchos años, por un fin únicamente economicista”.

Como empresario local, indicó que la compañía debe tratar de esmerarse en ser un mejor vecino. “CMPC está siendo un pésimo vecino, y no uno malo, sino uno pésimo, en todo aspecto, ya que comenten un sin número de actos que van reñidos con el hecho de ser un buen vecino como por ejemplo, la mantención de caminos, la contaminación ambiental, los incendios forestales, aquí y en toda la región nos vemos atemorizado por eso, ya que los incendios llegan hasta las puertas de nuestra casa. Nos han secado las napas subterráneas, ya no quedan bosques nativos aquí en la zona ya que con sus árboles nos secan las vertientes, y ellos deberían tratar de compensar, en una mínima parte, mediante la educación”.

Debido a esta decisión, indicó que la comunidad lajina ha tomado un distanciamiento. “La comunidad de Laja y San Rosendo ha tomado distancia con respecto a la empresa. Nosotros no percibimos ayuda concreta de la fundación CMPC, es cero aporte”.

VISIÓN DEL ALCALDE

José Pinto, la máxima autoridad de la comuna, indicó que el establecimiento surgió como un lugar para los hijos de quienes desempeñaban tareas en la planta. “El colegio San Jorge nació para los hijos de los trabajadores de la planta, los cuales eran prácticamente como una población, y lo cual con el tiempo se ha ido terminando-las razones las desconozco- pero hoy vemos que ese terreno va a quedar para una zona de amortiguación”.

Informó que según la información que maneja, las casas abrían terminado con su vida útil. “Tengo entendido que la construcción de las viviendas tendrían una caducidad, y esto es el argumento que ha señalado la empresa para respaldar su gestión”.

Consultado sobre el eslogan, “compromiso con la educación” que tiene CMPC con la comunidad, el alcalde indicó que, “es debido a la fundación, que no tiene nada que ver con el San Jorge, una fundación que va en colaborar para mejorar la calidad de la educación e donde han intervenido a varias comunas”.

De igual forma, indicó que lamenta el cierre del colegio San Jorge. “Este establecimiento nos ha dado mucho prestigio, ahí se han educado muchos jóvenes que hoy son profesionales, y es una pena que se cierre, pero yo quiero entender que se terminó su ciclo, porque lo crearon para darle solución a los hijos de los papeleros”, concluyó.

EL GIGANTE EGOISTA

Una visión más crítica de la situación tiene el concejal de Laja, Joaquín Sanhueza. “Mi sentir, creo que es el sentir de la comunidad, el cual consiste en vivir junto a un gigante al cual podemos tildar de egoísta. Creo que esa es la mejor definición para nombrar a este vecino que tenemos llamado CMPC Planta Laja, por el egoísmo y despreocupación que han comenzado a vivir la ciudadanía que convive con su industria”.

Recalcó que la empresa ha perdido el eje de compromiso social. “Durante los últimos treinta años, se perdió ese compromiso social que había a comienzo de los años 90 cuando la empresa era generadora de aportes, como en cultura, recreación, deporte, por nombrar algunos.Hoy no hay cine, no está Deportes Laja, no está el básquetbol, ni el hockey, ni el boxeo, no está el Fortín para hacer el Festival el cual fue remodelado con un solo fin- alejar a la ciudadanía de este lugar”.

Indicó que en educación solo reparten migajas. “No existe participación alguna en el quehacer de la comunidad, salvo la –migajas- que aportar a la educación por medio de la Fundación CMPC. Por un lado aportan algo, pero por otro lado cierran un colegio San Jorge que les traía a ellos mismo prestigio por estar entre los mejores del país. Claro, un colegio pagado pero era un aporte a la comuna, un referente para el sistema municipal, al que se puede mirar y tratar de igualar. Sin embargo, ellos deciden cerrarlo en una muestra clara de su egoísmo”.

Expresó que no desean este tipo de convivencia. “Ese no es el tipo de vecino que queremos en Laja, no es la empresa que llegó en los años 50 con progreso para que nuestro pueblo creciera a su lado. ¿Dónde está su Responsabilidad Social Empresarial si ni impuestos pagan acá?”.

Apuntó sus palabras a los ejecutivos de la compañía. “Esto es un llamado de atención a sus ejecutivos. Han hecho fuertes inversiones en la planta en los últimos años y hoy están produciendo más. Si hasta energía hoy generan, todo es ganancia pero ¿cuál es el real aporte para la comuna y sus habitantes?”.

En la misma línea, indicó que es positivo el apoyo de la fundación, sin embargo no ha sido igual para todos los establecimientos. “Es positivo el trabajo de la fundación, ya que muchas de esas escuelas han subido considerablemente su rendimiento, el Simce lo dice, pero algunos establecimientos no han tenido tal avance en los últimos años. El monto es algo superior a los 150 millones al año, que se les devuelve pagando a dicha fundación por la capacitación entregada”.

Señaló que el olor limita al crecimiento de la comuna. “Existe un contrasentido. La comuna quiere crecer, en eso estamos comprometidos en el gobierno comunal, queremos, por ejemplo, desarrollar el turismo pero ¿cuándo podremos lograrlo con los olores que aún persisten?La industria no se hace responsable de lo que contamina, en Europa no se les permitiría ese actuar con las fuerte medidas de control. Acá, la legislación tiene esas flaquezas y por tanto pueden seguir haciéndolo.

Planteó duran consultas a la empresa. “¿Qué tanto le importa a CMPC la comunidad que vive a su lado? Con lo poco que aportan al crecimiento de esta ciudad, el poco interés por aquellas familias y trabajadores que ayudaron a crear todo lo que hoy algunos pueden disfrutar. Claro, eran otros los hombres que la dirigían y parece que eran otros los intereses que tenían, además de sólo ganar dinero”.

Finalmente indicó que la empresa puede volver al eje de mayor compromiso. “Aún es tiempo de cambiar, ese es mi llamado, esto va más allá de los empleos directos e indirectos que generan hoy. Los vecinos grandes tienen la obligación moral de ayudar a los más pequeños. Abran sus manos, estrechen las de esta comunidad, para crecer juntos, como buenos vecinos”.

RESPUESTA DE CMPC

Desde la empresa informaron que “la Planta Laja comenzó a operar el año 1959, y bajo ese contexto histórico es que uno debe mirar estos casos. Los medios de comunicación y transporte eran limitados, de ahí la necesidad de ubicar a nuestros trabajadores cerca de la planta. Ese contexto ha cambiado, y un importante número de nuestros trabajadores ha decidido vivir en otras ciudades. Los medios de comunicación y transporte han mejorado considerablemente, acortando las distancias. Bajo este nuevo escenario es que la compañía ha decido demoler las casas. Pero cabe destacar que durante este cambio, nuestro equipo ha estado acompañando cercanamente a cada una de nuestros trabajadores con el fin entregar apoyo y asesoría durante este proceso”.

Consultados por el inminente cierre del Colegio San Jorge, expresaron que los alumnos que asisten al establecimiento, podrán finalizar sus estudios en el. “El compromiso que tiene CMPC Celulosa S.A. con los apoderados del Colegio San Jorge, es que el Colegio permanecerá abierto mientras existan alumnos matriculados. Asimismo, se hace hincapié en que el proceso de nuevas matrículas se encuentra cerrado”.

Sobre el cierre el del Club de Campo Cruz de Piedra indicaron que la medida se debió a su bajo uso. “Este Club fue creado para el uso de los trabajadores de la compañía que vivían en Laja, cuando casi la totalidad de los trabajadores vivían en Laja. Actualmente, ese número ha ido disminuyendo considerablemente, razón por la cual la compañía ha decidido cerrarlo”.

Sobre su compromiso con la educación, indicaron que con sus vecinos tienen una cercana relación. “Actualmente, se realizan actividades deportivas y culturales de manera semanal, en las cuales participan un número importante de Lajinos. Estas actividades se realizan en nuestros recintos deportivos, los cuales están 100% disponibles para su uso por parte de la comunidad. Asimismo, participamos activamente con las juntas de vecinos de Laja, con quienes hemos generado instancias de trabajo interesantes, los cuales han sido bien recibidos por éstas. Cabe destacar también el trabajo que se realiza diariamente con las distintas organizaciones territoriales y funcionales de la comuna.

Finalmente, expresaron que siguen comprometido con sus vecinos. “Como representante de CMPC Celulosa S.A., les podemos comentar que durante el año hemos estado realizando una serie de actividades dirigidas a la comunidad, enmarcándose en el plano deportivo y cultural, las cuales continuaran durante el transcurso de este año. También asesoramos a nuestros vecinos en el diseño de proyectos para que ellos los postulen a fondos concursables”. 

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