Capitán San Martín y el prestigio de Carabineros

 El viernes pasado se dio a conocer la medida que tomó la institución de Carabineros de Chile en contra del oficial José San Martín, quien se desempeñaba como subcomisario de la comuna de Nacimiento, debido a que la justicia lo declaró culpable del delito de receptación.

Una medida que tardó excesivamente en llegar, pues el delito quedó al descubierto en 2013, mientras el oficial era jefe de la SIAT de Biobío y sin embargo, poseía una camioneta que había sido robada desde los corralones municipales de Antofagasta.

En agosto de 2014, la justicia fue clara y determinó la responsabilidad del oficial en el hecho y por lo tanto. debía cumplir una pena remitida de 41 días, lo que implicaba una firma mensual, durante un año, en el Centro de Detención Preventiva de Yumbel.

Ante la sorpresa de que a la institución no le importó tener  a un condenado entre sus filas, La Tribuna le pidió en dicha oportunidad un pronunciamiento a la VIII Zona de Carabineros, quienes además de declinar pronunciarse, se molestaron ante la solicitud y dijeron telefónicamente “ustedes son los únicos preocupados de eso”.

Sin embargo, pasaron los días y el 14 de junio de 2015, el Juzgado de Letras y Garantía de Cabrero, resolvió revocar el beneficio porque San Martín, en ese entonces el oficial aún permanecía dentro de las filas institucionales, no se presentó en al menos cuatro oportunidades a firmar y por lo tanto, debía ir a la cárcel.

Con estos antecedentes, y ante la negligencia del alto mando,  el 7 de agosto se tuvo que dar a conocer que el oficial de Carabineros tenía una orden de detención y, desde ese momento, la Dipolcar (Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros) y la Bicrim (Brigada de Investigación Criminal), se encuentran buscando a José San Martín quien es prófugo de la justicia.

Lo más curioso de todo, es que con todos los antecedentes aquí expuestos, a más de dos años del hecho, recién se determinó la baja del funcionario e incluso, a más de dos meses de estar prófugo.

Las preguntas que nunca serán respondidas es ¿por qué la institución protegió tanto a este funcionario que cometió delito y enlodo el actuar de todos los carabineros de la provincia de Biobío que trabajan de forma honesta y haciendo un trabajo tenaz por mantener el orden y la seguridad?

¿Por qué un suboficial que es descubierto, por ejemplo, jugando 100 pesos en un tragamoneda popular es dado de baja inmediatamente y un capitán condenado por la justicia no tiene el castigo que corresponde?

La normativa de Carabineros, en este último ejemplo, salió a dar la cara a la prensa e indicó que lo que hicieron los sargentos son "graves faltas cuya naturaleza contravienen gravemente las normas disciplinarias, lesionando además los principios éticos, doctrinarios y valóricos en los que se debe el comportamiento y conducta, tanto profesional como privada de todo miembro de la institución", pero es una vergüenza que no se realizara esta misma actitud frente a un hecho de mucho mayor gravedad.

La institución falló en este caso de forma considerable, en un acto que se podría tomar como un exceso de privilegios, tardaron en sacar de sus filas al funcionario, aplicando una burocracia innecesaria, que no se aplica, o al menos eso se aparenta, con otros carabineros de más bajo rango.

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