Autoridades: Aprendizaje por gripe aviar elevó estándares de bioseguridad de planteles avícolas

Representantes del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y de la Seremi de Agricultura participaron de un seminario en Los Ángeles que analizó las experiencias y aprendizajes que deja la propagación de la gripe aviar en la Región del Biobío.

Esta enfermedad fue detectada el año pasado y estuvo presente en todas las regiones del país, con un total de 44 especies de aves afectadas. Durante este periodo, el SAG muestreó miles de aves de traspatio, 700 aves industriales y aves silvestres, con el fin de detectar a tiempo la presencia del virus y tomar las medidas para minimizar su impacto.

En la región se reportaron cuatro traspatios afectados, tres planteles industriales de postura y cuatro zonas costeras bajo control sanitario, ubicadas en la provincia de Concepción y en la provincia de Biobío, con un total de 4 especies afectadas: pelícano, gaviotas dominicanas, gallinas y pavos.

El director regional del SAG, Roberto Ferrada, valoró que la emergencia permitiera actualizar las medidas sanitarias para los planteles productivos, mientras que la Seremi de Agricultura destacó el trabajo con todos los actores de la cadena para enfrentar la contingencia avícola en la zona.

Ferrada precisó que en el seminario de influenza aviar "dimos cuenta de nuestra experiencia como funcionarios públicos del sector agrícola y compartimos la vivencia de los afectados. La experiencia de un plantel con gripe aviar es relevante, para ver cómo construimos una mejor forma de trabajo, sobre todo en el marco del nuevo estándar de bioseguridad".

A su juicio, no se trata solo de la infraestructura, "sino que hacernos cargos de una gestión de bioseguridad distinta para los trabajadores, colaboradores y las empresas de suministros, en un lugar de alta concentración de animales".

El titular del SAG se refirió al llamado hecho en su momento los productores afectados que pidieron recursos al Estado para superar la crisis: "Desde agosto del año pasado comenzamos a comunicar del riesgo. Nos reunimos con el gremio y compartimos la pauta de verificación de bioseguridad".

Ferrada destacó que ahora "tenemos nuevos estándares de bioseguridad que tenemos que ver en forma personalizada, porque cada plantel es una realidad distinta y una economía distinta. Al igual como nos confinamos por el Covid, en este caso hay que cerrar la alimentación y el agua al interior del gallinero y caracterizar los cuerpos de agua donde llegan estas aves silvestres para conocer los riesgos en planteles cercanos a estos.

Por su parte, la seremi de Agricultura en Biobío, Pamela Yáñez Gatti, aseguró que gracias a la labor desplegada por el SAG en materia de prevención y control de esta enfermedad, "hemos logrado un 5% de afectación a nivel nacional".

Sin embargo, advirtió que "la enfermedad continúa, no ha parado. Está en aves residentes y por eso realizamos un seminario con el SAG, evaluando el trabajo hecho en verano cuando el virus llegó a la región".

La autoridad del agro sostuvo que "el trabajo con los distintos actores del mundo avícola como los planteles, para conocer su visión y su mirada, para de forma conjunta reforzar, mejorar y continuar trabajando con esta enfermedad, continúa".

Sobre el apoyo a los productores a nivel regional, contó que "el Ministerio de Agricultura, junto a Corfo, articularon mecanismos para que todos los planteles puedan optar a contar con medidas de bioseguridad".

Yáñez Gatti reconoció que las brechas a la hora de contar con medidas de bioseguridad son "un tema principalmente de costos. La inversión no es menor".

Pese a todo, aseguró que "como Ministerio de Agricultura y a través del Servicio Agrícola y Ganadero, seguimos reforzando las medidas de bioseguridad en el país y la región, trabajando por el fortalecimiento del control y la vigilancia requerida para que la enfermedad no se siga diseminando".